La única red social por la que transito —yo
procuro cuidarme— es Twitter, y me limito a seguir a quienes valen la pena, que
me puedan aportar información valiosa e inteligente, aunque a veces se cuelan
unos “retuiteos” indeseados. Una de esas personas es mi querida Leidy Jiménez,
profesora e investigadora inquieta de todo lo que tenga que ver con la lengua,
y gracias a uno de sus tuits recientes descubrí una palabra que apunté en mi
memoria para hoy sacarla a relucir en este artículo: glosixenia, del griego glosos,
lengua, y xenia, extranjero.
Se refiere a mezclar palabras de otro
idioma, citas o frases cortas, con el idioma propio. Al parecer es una palabra
con tradición académica, pero que no aparece en el DRAE. Puestos a pensar —al fin y al cabo hoy es
domingo— se me ocurren tres tipos de usuarios de la
glosixenia: 1) los cultos, los que tienen en la punta de la lengua un vini, vidi, vinci, un to be or not to be, o un primus inter pares; 2) los “jergatarios”,
los que usan una jerga, en inglés generalmente, para demostrar su integración
en el oficio con un coworking, vintage, cool o start-ups; 3) los
esnobs; estos a su vez se dividen en los esnobs elegantes, como esos personajes
de Oscar Wilde en la Inglaterra del siglo XIX, o los de Pushkin en la Rusia de
la misma época, que hablaban casi más en francés que en inglés o ruso, y que
son la pesadilla de los traductores franceses, y los esnobs “rancheros”, en la
acepción venezolana de “rancho”, ¡ojo! Estos son los que han ido a Disney
alguna vez en su vida y te dicen “don’t
forget me, mi amor”, o pretender elevar el registro de su ignorancia,
usando sólo la palabra cabello,
porque el pelo no es lo que está en la cabeza, sino en otra parte, y te dicen
“asín no, ¡oh my god!”.
Pero la que sí está en el DRAE es una
palabra muy parecida y del mismo origen, xenoglosia,
con dos acepciones. La segunda equivale a “don de lenguas”, la capacidad
sobrenatural de hablar lenguas y se usa sólo en el campo de la religión, la
católica concretamente, pero que a los profesores de la Escuela de Idiomas, en
general, nos produce ciertas dudas y reticencias; y la primera acepción es la
de la “glosolalia”, o lenguaje ininteligible.
Yo asistí hace años a una sesión de santería
en Birongo y oí, entre el retumbar de los tambores, a un negrito en trance en
pleno ataque de glosolalia, pero no es necesario irse hasta Birongo para oír, o
escuchar, depende de su atención, un lenguaje ininteligible, basta con
sintonizar un canal de televisión, sí, ese, ese, sí.
luisroberts@gmail.com
Año VII / N°
CCLXIII / 3 de junio del 2019
Se te ha olvidado un cuarto tipo de usuario, el deportista, Futbol, orsay,(offside), penalty,... pero no solo fútbol, runnig, waterpolo, sky, hockey, rugby, taekoondo, tenis. dacathlon windsurfing.., y todos muchos aparatos necesarios para practicarlos, chandal, maillot,...
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