Leonardo Laverde B.
“Tú, pingüino, sobrarás”. Quién hubiera
dicho
que el Spheniscidae tenía cabida en la gramática
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Desde hace algún tiempo, cada vez que
hablo de las preposiciones en clase, siempre hay un estudiante que conoce la
lista de memoria gracias a una canción que le han enseñado en el colegio.
Siempre he creído que comprender los
conceptos es más importante que memorizar listas. En otras palabras, aprehender
la definición intensional de los conjuntos en lugar de la extensional. Sin
embargo, también me gustan los trucos mnemotécnicos. Y es que a veces es útil
(o inevitable) memorizar cosas: las tablas de multiplicar, las listas de
categorías gramaticales, funciones sintácticas, tipos de oraciones compuestas,
etc.
Hasta hace poco, yo era incapaz de
recitar de memoria la lista de preposiciones, pero me preciaba de reconocer una
cuando la veía. Esta seguridad se vio desafiada algunas veces, ante análisis
morfosintácticos difíciles o situaciones de fatiga mental. Esto me decidió a
seguir el ejemplo de mis alumnos y probar la utilidad de la mencionada canción.
Fue así como descubrí que no hay una,
sino varias canciones de las preposiciones, generalmente destinadas a un
público infantil. Además de la simple enumeración rítmica de las partículas,
hay canciones que las usan en contexto, encadenando frases que las incluyen o
comienzan con ellas. Sin embargo, en varias de estas canciones las frases o
versos no forman un texto cohesionado, lo que —al menos para mí— dificulta aún
más el proceso de memorización.
De esta manera, se me ocurrió componer
mi propia canción (o mejor dicho, rima). En el proceso intervinieron las
siguientes consideraciones. Como me parecía difícil elaborar un texto que
incluyera todas las preposiciones de manera coherente y ordenada, decidí hacer
mayor énfasis en el aspecto rítmico que en la contextualización. Por otra
parte, tampoco quería construir un texto sin sentido. Además, quería que el
tema de la canción fuese un poco (solo un poco) menos pueril y guardara
vinculación con el verdadero interés del poema, es decir, con las preposiciones.
Llegado el momento de enumerar estas,
se me presentó otra dificultad. La lista, ordenada alfabéticamente y
pronunciada en tono normal, no genera ningún ritmo particular. Intentar
producir algún tipo de musicalidad me obligaba a forzar un poco la pronunciación,
y hasta me tentaba (oh, horror) a sacrificar en algo el rigor gramatical.
Finalmente decidí trabajar con la lista
tradicional. Esto implicaba mantener las desusadas cabe y so, y a la vez
descartar las recientemente reconocidas versus
y vía, la dudosa pro, y, por supuesto, olvidar mi peregrina idea de aludir a las numerosas
locuciones prepositivas (a causa de, en orden a, por culpa de, etc.).
De esa manera, corriendo una palabra
por aquí, modificando un acento por allá, obtuve siete estrofas de cuatro
versos cada una, con rima trenzada abbc.
—Sí,
todo eso está muy bonito, pero ¿funciona? ¿Recitarla ayuda a memorizar las
preposiciones?
¿La verdad? No sabría
decirlo. Tendría que hacer más pruebas, consultar a otra gente... pero les
puedo decir una cosa. Tal vez recitar una canción no ayude a memorizar las
preposiciones, pero componer una sí. ¡Deberían probarlo!
LA CANCIÓN DE LAS PREPOSICIONES
Leonardo
Laverde B.
Latina declinación,
del sustantivo
variante,
origina en el romance,
grupo
preposicional.
Antes va
preposición,
enlace
relacionante,
el nombre y su
acompañante,
van como término
atrás.
Con esta
enumeración
me decían de
estudiante
cada partícula
invariante
seguro te
aprenderás:
A, ante, bajo, cabe, con,
contra, de, desde, durante,
en, entre, hacia, hasta, mediante,
para, por, según, sin, so, sobre, tras.
Era buena la
canción,
pero no tanto el
cantante,
sin memoria de
elefante,
ni aun oído
musical.
Cuando dije mi
versión,
de lo oído a mi
enseñante,
mi pobre representante,
se caía para
atrás...
Antebrazo cabezón,
contrapié desodorante,
entre trazas comediante,
tú, pingüino, sobrarás.
https://soundcloud.com/llaverde1/la-cancion-de-las-preposiciones-2016-07-24-21-54-13
12 de julio de 2016
llaverde@gmail.com
Año IV / N° CXVII / 25 de
julio del 2016