Luis Roberts
Unos traductores jugaban a la inteligencia artificial en el bar |
La aparición de Internet y Google
cambió la vida de los traductores. Ya no había que consultar decenas de enormes
libracos, los diccionarios, ni ir a consultar libros a la Biblioteca Nacional,
todo estaba a un golpe de “clic” en nuestra computadora: el tiempo de trabajo
se acortó, la productividad se incrementó exponencialmente. Cuando aparecieron
los motores de traducción, la traducción por inteligencia artificial: DeepL,
Dèjavu, Linguee, etc., empezamos a utilizarlos a pesar de todos sus errores,
para eso estábamos nosotros, traductores experimentados, para corregirlos, pero
el tiempo seguía acortándose y la productividad incrementándose. Hoy ya el uso de la IA para traducir se ha
generalizado y ha surgido, no una nueva modalidad del traductor, sino un nuevo
aspecto, una nueva actividad, una nueva definición, del traductor profesional:
el poseditor. El poseditor es el que hace la posedición, es decir, el que revisa, corrige, precisa o embellece,
la traducción de la máquina. Vamos a guiarnos por la normativa publicada por
ASETRAD, la Asociación Española de Traductores, la única que de momento ha
publicado una norma al respecto, para entrar de lleno en el tema.
Deberíamos empezar por calificar al
cliente, pero no lo haremos para no herir susceptibilidades; allá él y su
compromiso con la calidad, pero siempre habrá aquellos que prefieren sacrificar
la calidad a la rentabilidad, la última trinchera. Así que empecemos con los
motores de traducción. Eso sí, la empresa que encarga la posedición debe
asegurarse de que el texto generado por un motor de traducción esté correcto. Es aconsejable
pedir a la empresa un dato sobre la calidad del motor usado. Uno de los métodos
más extendidos es el BLEU (Bilingual Evaluation Understudy) que maneja un
algoritmo para puntuar la calidad de los motores, su fiabilidad, puntuación que
va del 10 al 40, para los gratuitos y hasta el 100 para los profesionales y
empresariales. Quien vaya a realizar la posedición dedicará unos segundos a
valorar la calidad del texto y aplicará el grado de corrección correspondiente
(simple o completa). La empresa deberá tener traductores cualificados para dar
las últimas pinceladas al documento. ¿Qué motores se usan? Motores genéricos
públicos que NO permiten personalización, que pueden hasta ser gratuitos y
pensados para el gran público. Los textos que generan siempre requieren una
revisión exhaustiva. Motores genéricos que SÍ permiten personalización. Llevan
un coste asociado que puede llegar a ser importante. Pueden ser un gran apoyo a
la traducción profesional. Motores
personalizados privados creados para empresas o campos específicos. Requieren
una inversión notable y pueden ofrecer la mayor calidad en su campo. ¿Qué tipos
de posedición hay? La simple o parcial (light post-editing), en la que
se hacen los cambios mínimos imprescindibles, tanto gramaticales como léxicos,
para que se comprenda el texto. Se usa para textos técnicos, comerciales o
generales, cuya repercusión no pueda acarrear consecuencias graves.
Ejemplo:
Frase
original |
Traducción automática |
Posedición simple |
Football
players were playing on the field |
Reproductores de fútbol estaba
jugando encima del campo |
Jugadores
de fútbol estaban jugando en el campo |
|
|
|
Posedición completa (full post-edition) |
|
|
|
|
Posedición completa |
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|
Unos
futbolistas jugaban en el campo |
¿Cuál es el rendimiento medio profesional según el tipo de posedición? Según la calidad del texto la productividad puede ser de 1.000 a 1.400 palabras/horas en la posedición simple y de 600 a 900 palabras/hora en la completa.
¿Cómo y cuánto se cobra? La posedición
suele cobrarse por horas o por palabras (en el caso de la audiovisual hay que
convertir los minutos de video en horas de trabajo). Lo fundamental es que
ganemos lo mismo por hora que ganaríamos con una traducción convencional. Hay
una aplicación, CallPro, para calcular en una hoja de cálculo lo que se debe
ganar.
Si el texto tiene una calidad nefasta
hay que rechazarlo, si no, se puede aplicar una norma simple, por ejemplo: en
posedición simple del 33% al 50% de la tarifa por palabra y del 66% al 75% en
la completa. Hay que estar alerta frente a quienes quieren pagar la posedición
completa a tarifas de simple, o incluso más bajas.
Para terminar, hay que hacer una
advertencia fundamental: no es lo mismo poseditar que corregir un texto de un
ser humano. No son lo mismo errores semánticos o gramaticales que errores de
sentido. Los campos de aplicación de la posedición (por ahora, pues la IA
avanza a pasos agigantados) son útiles para textos con lenguaje estructurado,
por lo que suele aplicarse a textos de carácter técnico que se caracterizan por
su objetividad y por no contener giros idiomáticos ni juegos de palabras,
ironía o doble sentido. Existen numerosos contenidos creativos o idiomáticos
que todavía no se prestan a la posedición. La norma que rige la posedición
publicada en 2017 y actualizada en 2020 es la ISO 18587:2020.
Lo siento por los lectores, pero me ha
quedado material para un tercer artículo.
luisroberts@gmail.com
Año
XI / N° CDXXIII / 29 de mayo del 2023