Contra
la saturación digital: una vitrola de más de 10,60 metros en Oackland (foto: N. Bremner) |
El mes de febrero es de muchos cumpleañeros importantes. Para empezar
tenemos a nuestra honorable página web, no blog, Ritos de Ilación. Estoy yo, no faltaba más. Y también cumple un
excelentísimo señor que es cantante, compositor, arreglista y padre de la
novia: el gran Juan Vicente Torrealba. ¡Qué admirable y hermoso es disfrutarlo
aún con 102 años!
En el programa de Televén Especial con Ly Jonaitis lo
entrevistaron. Con su lucidez intacta, el maestro Torrealba es capaz de recordar
cada momento de su vida personal y artística. Entre las tantas cosas que nos
narró, recuerdo dos comentarios de esos que a mí me gustan, los jocosos y los
directos.
Un comentario fue sobre el Grammy
Honorífico que le otorgaron en el 2014. Él no pudo asistir, pero recuerda que
alguien le preguntó qué hubiera hecho en la ‘ciudad del pecado’, y su respuesta,
tan llanera, fue que se hubiese llevado una
carretilla para traerse a ese poco e mujeres bellas. Está de más decir que
el señor es un apasionado por las mujeres.
El otro comentario, el que me llevó a
escribir este rito, fue cuando estaba
recordando la primera canción que pegó. Él menciona que antes las canciones sí
pegaban, porque la gente pedía de verdad las canciones, no como ahora que se paga muchísimo pa sonar en la radio.
El nombre que define esa lamentable
situación lo descubrí en una mesa redonda a la cual asistí con mi hermano hace
más de 10 años. En esa mesa estaba el gran Víctor Morillo, quien esgrimió la
palabra payola, el acto de pagar para
que pongan la música que yo quiera (¡qué democracia tan ficticia!).
Al parecer, payola es la unión del inglés pay
to play (algo así como ‘pagar para sonar’) y de la marca
comercial Victrola (no es que confíe mucho en Wiki, pero es lo que
pude conseguir).
Esa palabra me pareció tan hermosa, más
allá de la horrible semántica que la forma. Pero la dejé allí, en mi memoria a
largo plazo, hasta que escuché al maestro hablar de su primer éxito musical, María Laya, el cual pegó de verdad.
Payola
tiene dos curiosidades. Primero, al parecer es un ¿‘fenómeno’? latinoamericano,
pues lamentablemente también existe en países como México, Colombia, Puerto Rico y República Dominicana. Segundo, el término es el mismo en esos países.
Esto quiere decir que conseguí una palabra que coincide en su lexema y en su
significado y que es de uso entre hispanohablantes. Desconozco si se dice igual
en Argentina, en Costa Rica, en El Salvador o hasta en la misma España. Y más
curioso es que la señora española no la haya incorporado al diccionario, siendo
tan común en este lado del charco.
Ojalá que cuando nosotros tengamos la
misma edad del maestro Torrealba, con la misma lucidez y la misma claridad al
hablar, esa palabra solo sea un triste recuerdo de lo que no debió ser el mundo
artístico.
laurajaramilloreal@yahoo.com
Año VII / N°
CCLI / 11 de marzo del 2019
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