lunes, 22 de septiembre de 2014

¡Oh, Andrés Bello, qué han hecho con tu idioma! [XXIII]

Laura Jaramillo




         Cuando por primer vez (como dicen los mexicanos) escuché sobre la economía del lenguaje, pensé en lo maravilloso que era hablar el español con poca plata. Pero, no, no era eso. Resulta que la lengua tiene reglas, normas o mecanismos que permiten decir mucho con pocas palabras. Aunque, más que la lengua, es el usuario de la lengua el que debe tener dicho talento.
         El decir mucho con pocas palabras no es tarea fácil, o, mejor dicho, es misión imposible (ilando ando), ya que el español es en ocasiones bastante anchilargo, porque a veces es necesario alargar la cosa para que el mensaje llegue a su llegadero, pero se corre el riesgo de caer en la redundancia. Hay que aprovechar las facilidades que da la lengua para comunicarnos y hacernos entender.
         Sin embargo, desde hace algunos años, se está usando lo que llaman el lenguaje incluyente, lo cual se ha hecho común, más bien, exageradamente común, decir cosas como todos y todastrabajadores y trabajadorasniñas y niños, etc. Se llega, incluso, hasta cometer errores de concordancia, como por ejemplo los y las delegadas. Si se va a hablar mal, que sea con coherencia.
         Existe una necesidad (¿o necedad?) por incluir a como dé lugar el femenino, aunque no exista, no importa, lo inventan, como es el caso de millones y millonas, libros y libras. Expresiones que ocasionan contaminación sónica. Menos mal que hasta los momentos, se puede decir, esas expresiones no llegan propiamente a lo que es el vulgo, porque no hay nada mejor que ahorrar.
         El lenguaje incluyente puede ser económico. No es necesario decir venezolanos y venezolanas, puede decirse perfectamente la población venezolana, lo cual incluye hombres, mujeres, niños y niñas. He ahí, pues, el exquisito arte de la retórica.
         Definitivamente, ante esta realidad, con poco sentido común y mucho barbarismo, cada vez es más fuerte esa popular expresión de un antiguo programa cómico, que reza: ¡Oh, Andrés Bello, qué han hecho con tu idioma!


laurajaramilloreal@yahoo.com



Año II / Nº XXIII / 22 de septiembre del 2014

1 comentario:

  1. Hace poco "médicos y médicas" también fue incluido dentro del discurso de algunas personas por ahí... sí, esas personas... por ahí... que salen demasiadas veces por televisión y que, desafortunadamente conocemos muy bien. No conforme con violentar la maravillosa economía del lenguaje, lo repiten una y otra vez, tanto que uno termina pensando que lo hacen para fastidiar. Pero no, aparentemente creen que se la están comiendo, cuando en realidad quedan como unos completos "idiotas e idiotos".

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