lunes, 1 de septiembre de 2014

Fufurufa [XX]

Laura Jaramillo




         Me confieso amante del léxico popular, porque es un fiel reflejo de lo que pensamos, de lo que vivimos y de cómo vemos la vida. Lo coloquial es ‘la salsa que se le pone al plato sobre la mesa’, como dijo alguna vez el periodista Jesús Cova cuando escribía en el diario Últimas Noticias, en la columna El Defensor del Lector, haciendo referencia al lenguaje bélico en el deporte.
         En el caso de los venezolanos y colombianos, existe una afinidad tan particular al momento de expresarnos que no es en vano cuando se dice que somos países hermanos. Afinidad que no veo con ningún otro país (perdonen si me equivoco). El léxico de ambos países es tan rico en ingenio, originalidad y expresividad, que es allí donde se conoce realmente la cultura del hablante.
         La característica más resaltante de ambos hermanos es la jocosidad del léxico. Ejemplo de ello es la palabra fufurufa. Cuando la escuché por primera vez, me sonó como a nombre de perro con full pedigrí. Luego, la volví a escuchar y pensé que era una forma diferente de llamar a la trufa, o, quizás, alguna fruta exótica de las tantas que existen en el hermoso caribe colombiano, porque fue de un colombiano que la escuché.
         Un buen día, o, mejor dicho, una buena noche, viendo un programa de humor colombiano (cultivo de la ingeniería léxica) llamado Sábados Felices, un comediante, representando al costeño, en su presentación explicó tan claro lo que significa popularmente fufurufa, que llegó a mí esa luz que te hace decir: “¡Aaahhh!”, y solo recuerdo que reí hasta más no poder. Ahora, como es mi costumbre, forma parte de mi léxico folclórico y costeño.
         Sin embargo, me llama la atención que mi vecina, muy barquisimetana ella, me dijo, muchísimo tiempo después de mi descubrimiento semántico, que en esa ciudad del estado Lara también es muy frecuente el uso de esta palabra y con el mismo significado. Curioso punto de encuentro semántico entre los hermanos países.
         Bueno, para resolverles la intriga, fufurufa, según el DRAE, es una persona “que manifiesta gustos propios de la clase social acomodada o [que] se cree mejor que los demás”, pero solo es de uso en El Salvador y en Honduras. Pero en Colombia y en Venezuela significa...
         No voy a poner la palabra, sólo haré una pequeña modificación al título de una famosa novela del gran escritor Gabriel García Márquez, pa que les caiga la locha y también puedan decir “¡Aaahhh...!”: Memorias de mis fufurufas tristes.

laurajaramilloreal@yahoo.com



Año II / Nº XX / 1° de septiembre del 2014

2 comentarios:

  1. Muy interesante artículo. Me gusta la manera en que abordas el concepto desde un punto de vista jocoso, aunque sin perder de vista el tacto educativo y pedagógico.

    ResponderBorrar