lunes, 15 de enero de 2024

Literatura universal [CDXLIII]

Edgardo Malaver Lárez

 

 

El actor español Patxi Larrea protagoniza y dirige
Las historias del mulá Narudín (2020)

 

 

 

         Me escribe un estudiante para preguntarme si es apropiado hablar de literatura universal. No utilizamos este término en nuestras clases, pero se lo ha tropezado con cierta frecuencia, dice, y le parece incoherente con los numerosos ejemplos que mencionamos en clase y que provienen del “lado oriental del mundo”: Las mil y una noches, la Biblia, el Panchatantra, los versos de Li Po y de Omar Khayyam, etc.

         Durante mucho tiempo, le respondo, se estuvo estudiando literatura con esa óptica, al menos con ese apellido: universal. Sin embargo, era fácil descubrir que cuando los “especialistas” decían literatura universal, en realidad querían decir “literatura occidental”, y, examinando un poco los temas que incluían los programas, más bien significaba “literatura europea”. Los temas infaltables —no hace falta esforzarse para recordar— eran la antigüedad griega y latina (y la hebrea porque una vez legalizado el cristianismo en Europa...), la Edad Media, el Renacimiento, la Ilustración, el Romanticismo, las Vanguardias, y a partir de entonces, en el rompecabezas del siglo XX, lo único más o menos ordenado era el Teatro del Absurdo, imagínense. Pero todo eso estaba (y está) centrado en Europa, y después de la Segunda Guerra Mundial, ni siquiera en toda Europa.

         También había algún capítulo dedicado a la literatura estadounidense, porque ¿quién puede hacerse el loco con Poe, Dickinson y Hemingway? Y, como de último, si había espacio, un capitulito sobre la literatura latinoamericana: siglos XIX y XX, porque antes... Y no les quiero, le digo a mi alumno, contar sobre la literatura indígena, especialmente la oral, que es ignorada hasta en sus propios países.

         Todos esos temas siguen formando parte de los estudios literarios porque son importantísimos, pero la gente que comprende el problema —digo yo con ilusión— ya no habla tanto de literatura como se habla de las Grandes Ligas, es decir, que el campeón de la Serie Mundial se define en partidos entre Gigantes y Medias Rojas, entre Azulejos y Cachorros, entre Astros y Cerveceros, todos equipos de un solo país.

         Entonces, sí. Es inadecuado hablar de literatura universal si no se va a incluir toda la vastísima riqueza que nos ofrece el “lado oriental del mundo”. La existencia de la una debe ser muy dificultosa sin que exista la otra. Y así, me viene a la mente aquel cuento sufí en que un sabio visita a otro en una tierra lejana. Una noche los dos se sientan a conversar al aire libre y el visitante, contemplando las estrellas, comienza a musitar melodías de alabanzas, que intrigan y complacen al anfitrión. ¿Qué te hace manifestar tal admiración con sonidos tan armoniosos?”, le pregunta. Y el sabio sufí le responde: “Estoy asombrado por la destreza de los pintores que han pintado el cielo de aquí. Han hecho una copia perfecta del cielo de mi tierra”.

 

emalaver@gmail.com

 

 

 

Año XI / N° CDXLIII / 15 de enero del 2024

 

 

 

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