Edgardo Malaver
Hace
tres semanas, intentando irme por el camino ancho al examinar los verbos comenzar y empezar, decidí concentrarme en los sinónimos y lo que decía el
diccionario de la Academia; lo primero que sucedió fue que me costó decir lo
mínimo en el espacio máximo que pauta Ritos,
y lo siguiente, que encontré datos sobre ciertos sinónimos que me dejaron como
corredor en pisicorre.
Me
armé una breve lista de sinónimos un tanto arbitraria y después consulté sus
significados, lo cual sólo pocas veces me condujo al previsible camino en
círculo al que conducen estos juegos. La lista era: comenzar, empezar, iniciar, principiar, emprender, entablar, abordar, intentar, encabezar, abrir, introducir, arrancar, guiar, conducir. Ya he
hablado de los dos primeros. El tercero, iniciar,
me dio una sorpresa.
La
primera acepción de iniciar es tan
sencilla que el diccionario incluso lo define con un sinónimo: comenzar; pero luego dice en la segunda:
‘introducir o instruir a alguien en la práctica de un culto o en las reglas de
una sociedad, especialmente si se considera secreta o misteriosa’. No luce en
nada extraño porque describe una actividad en que se da los primeros pasos,
pero sí se siente que no es ya un sencillo sinónimo de comenzar.
La
tercera acepción dice: ‘proporcionar a alguien los primeros conocimientos o
experiencias sobre algo’. Igualmente parece un comienzo, aunque es claro que va
más allá. Estas dos ideas nos llevan a las célebres ceremonias iniciáticas de
sectas y grupos fanáticos que exigen a los aspirantes a miembros pasar por
ciertos ritos, en ocasiones sangrientos, que incluso pueden comenzar en
desastre. ¿O tendré demasiado Hollywood en la cabeza?
Los
sinónimos que encontré para iniciar, teniendo
en cuenta estos significados, son: enterar,
preparar, formar, instruir, aleccionar, enseñar, educar e incluso
catequizar. ¿Vieron hasta dónde llega
el asunto?
Uno
descubre estas mínimas redes de significados, urga un poco en sus etimologías,
hasta en sus formas, y llega a preguntarse si no estarán, por algún sinuoso
recorrido de la sinonimia y los matices,
conectados, asociados de alguna manera, emparentados como parientes lejanos que
crecen en la misma casa. Sí, ¿serán sinónimas todas las palabras?
Es
por lo menos fascinante tropezarse con estos curiosos sinónimos que a veces se “alejan”
o se diseminan en numerosos campos. Quién sabe si no son, en realidad, esas
fuerzas las que nos permiten mantener el equilibrio. De otra forma, o no
sabríamos reconocer un significado de otro o seríamos todos como Funes el
memorioso, a quien atormentaba el poder de recordar no sólo “cada hoja de cada
árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o
imaginado”.
emalaver@gmail.com
Año VII / N°
CCLXXIII / 9 de septiembre del 2019
Otros artículos de Edgardo Malaver:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario