lunes, 4 de septiembre de 2017

Viaje a la RAE (III) [CLXVIII]

Luis Roberts


 
Carl Fredricksen, el de Up (2009), vendía globos
de colores para los niños, no otro tipo de globos


         Damos inicio a la que yo pensé que sería la última etapa de este viaje, pero que resulta que sólo será la penúltima. Como la descripción de este viaje no se hace en Facebook, no hace falta que le den muchos me gusta, aunque de hacerlo, siempre así, en singular y minúscula y si lo quieren adornar con comillas tampoco pasa nada. También pueden aderezarla con algún emoticono o emoticonos, siempre preferible al emoticón o emoticones, que también son válidas. Igualmente válidos serían los memes, en este caso en su acepción más usada de imagen humorística, no la originaria de Richard Dawkins.
         Lo importante es huir de la anfibología, de la ambigüedad gramatical, y de las otras. No es lo mismo: tenemos globos para los niños de colores, que tenemos globos de colores para los niños. Este es un problema por resolver por la lingüística computacional y un enemigo siempre al acecho en el mundo del derecho. Tanto como confundir la iniquidad (acto perverso) con la inequidad (desigualdad). Las dos pueden acabar en un degüello, no en un degollo, pues degollar es tan irregular como contar, por eso lo cuento. Y yo soy de los que piensan así, con el verbo final siempre en tercera persona, no tú eres de los que opinas...
         ¿Recuerdan las redundancias? Pues aquí va otra perla cotidiana: recuperarse favorablemente. ¿Alguien “se recupera” a peor? Y hablando de recuperar, no vale la pena recuperar una vocal cuando es doble en muchos casos, se la puede uno ahorrar, como en contrataque, portaviones, sobresfuerzo, antislamista, prestreno... Para que esta reducción sea posible, deben darse las siguientes condiciones: que no existan dos términos de significado diferente, como reemitir y remitir; que la simplificación no invierta el sentido, como ocurre con las vocales i y e, como en archiilegal y en ultraamoral; que no sea con el prefijo bio para que no se confunda con bi, esto es extensible a otros prefijos como heli/helio, ex/exo, di/dia y per/peri; biooxidación y bioxidación no significan lo mismo. Y que no medie una hache, como en semihilo. La simplificación es más frecuente en palabras largas (mininvestigación) y menos en palabras cortas (miniimán). La letra e se simplifica más fácilmente, como en sobresdrújula, remplazar o rencontrar y en cambio con la o o el prefijo co, rara vez hay reducción, como en microondas.
         ¿Saben que la letra u escrita en minúscula es una abreviatura máxima de universidad usada en muchos países de América y está aceptada por la RAE, así como su plural con tilde y minúscula úes?
         Talibán es un adjetivo, que tiene género y número: talibana, talibanes y talibanas. Por lo tanto, la cúpula y la milicia talibana y no talibán.
         El “quesuismo”, ¡ojo, no confundirse!, es tan usual e incorrecto como el “lacualismo”. Hay que usar, en el primer caso, el adjetivo relativo cuyo y no la combinación que su: “Es una persona que su único tema de conversación es ella misma”. Lo correcto sería: “Es una persona cuyo único tema de conversación es ella misma.” Pero la combinación que + su es válida en casos como cuando que funciona como conjunción: “Me dijo que su proyecto no saldría adelante”.
         Un incendio puede estar provocado por un incendiario, que es un malhechor, o por un pirómano, que es un enfermo, pero no es lo mismo. El incendiario produce un incendio intencionado, pero no un incendio provocado, pues todo incendio es provocado por algo o por alguien. Y, desgraciadamente, el incendio se puede propagar, pero no propalar, que para eso están los medios. Los incendios los apagan los efectivos del cuerpo de bomberos, que es el conjunto de los miembros de ese cuerpo que participan en la operación y que puede estar compuesto por 30 bomberos, pero no por 30 efectivos. Y el incendio puede ser violento, pero no virulento, no propaga enfermedades malignas.
         ¿Desde cuándo se usa el desde en lugar del en para indicar ubicación y no origen? “Los cancilleres americanos analizan desde Bogotá...”; “Desde el Gobierno se insiste...”. Lo correcto es: “Los cancilleres americanos analizan en Bogotá...”; “El Gobierno insiste en...”.
         Para alegría de muchos, la palabra poliamor, aunque deriva del anglicismo polyamory está perfectamente formada y es válida, tanto como su derivada poliamoroso, por lo que, aunque aún no esté recogida, ni cursiva ni comillas. Y si uno está de luto, por exceso de poliamor, los brazaletes negros no se lucen, se llevan, pues lucir significa “brillar”, “resplandecer”. Y si ablación significa “extirpación de cualquier parte del cuerpo”, si nos manifestamos, como debe ser, en contra de la “ablación femenina”, o especificamos a qué parte del cuerpo nos referimos, o puede ser que nos estemos oponiendo a que le saquen una muela a las mujeres. Si salimos a la calle a promocionar nuestra empresa repartiremos folletos, pero si queremos difamar al Gobierno (ejemplo hipotético), repartiremos panfletos, no confundir. Estos panfletos pueden ser anónimos o estar firmados con seudónimo, como tantos artículos y obras literarias, pero el seudónimo no es lo mismo que el alias o el apodo que, estos sí, son sinónimos. Y ahora una simpática paradoja: “Aprueban un decálogo que contiene siete principios que ayudarán a...” ¿Un decálogo con siete normas? Pues sí. Un decálogo es ‘un conjunto de normas  o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad’. ¿Qué tal?

Sigue la próxima semana


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Año V / N° CLXVIII / 4 de septiembre del 2017



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