lunes, 21 de agosto de 2017

Viaje a la RAE (I) [CLXVI]

Luis Roberts



Actinidia deliciosa, nombre científico de una...
¿marca comercial?



         Esta semana emprendí un viaje a la RAE; sí, a la Real Academia Española —único viaje que me permite la acongojante situación— para combatir la canícula, la lluvia y el semiocio, de la mano de dos utilísimos libritos —por su tamaño— de FUNDEU y con el rimbombante título de Compendio ilustrado y azaroso de todo lo que siempre quiso saber sobre la lengua castellana, el Primero y el Segundo, que compré hace meses, tal vez atraído por el título que me recordaba una divertida película de Woody Allen, y que, leídos, los sumo a mis libros de consulta. Como este viaje no es largo no es de la Alcarria, ni el Camino de Santiago, pero sí lleno de anécdotas, lo haremos en varias etapas y esta es la primera. Se trata de normas del castellano, conocidas las más, pero sorprendentes otras que nos ayudan a agachar la cabeza humildemente entonando algún que otro mea culpa; curiosidades, cambios, desusos y obsolescencias, etc. Empecemos pues el viaje.
         Hablando de desusos, recordemos la lista de las preposiciones e inmediatamente borremos dos: so, convertida en adverbio, y cabe, desaparecida en inacción. Pero tendremos que añadir tres pseudopreposiciones: mediante, durante y vía. Entre un listado de 55 solecismos por el mal uso de la preposición, señalaré los que más me suenan, en la calle, en la casa, o en los medios: a excepción de, a grosso modo, a la mayor brevedad, a reacción, a resultas, bajo el supuesto, con motivo a, da la casualidad que, de acuerdo a, de motu propio, en base a, en el corto plazo, tan es así. Los latinismos adaptados al español llevan su tilde: réquiem; pero no así las locuciones latinas: sui generis. Lapso y lapsus son cosas distintas, y siendo el lapso un intervalo de tiempo, se comete, no un lapsus sino una grave redundancia diciendo “lapso de tiempo”. Calcando del inglés (perdón por el gerundio), dicen hallar culpable, en vez del correcto declarar culpable; y presunto en lugar de supuesto; presunto se utiliza para designar a quien se considera posible autor de un delito cuando se han abierto diligencias procesales pero aún no hay fallo de la sentencia, antes de eso es solo supuesto. Por culpa del cine y la TV —perdón, por las malas traducciones—confundimos evidencia con prueba y crimen con delito y decimos querella criminal, redundancia al canto, pues toda querella es penal. Que módem es un acrónimo inglés y menstrual es la palabra más larga con dos sílabas son dos curiosidades refrescantes, pero que kiwi, como aspirina o clínex, sea una marca convertida en nombre, casi se me atraganta.
         Y ya que salieron a relucir las redundancias, algunos ejemplos paradigmáticos: accidente fortuito (¿existen accidentes no casuales?); en vigor actualmente (si no, ya no está en vigor); apología a favor (la apología es una alabanza, no puede ser en contra); divisas extranjeras, nexo de unión, cita previa, prever con antelación y tantas otras. Sin olvidar la ya famosa “extranjeros de otros países”.
         ¿Actualmente, he dicho? Pues con los falsos amigos hemos topado, esos que son falsos porque nos mienten, porque dicen ser españoles y son ingleses o franceses, los actual, adoptar, asumir, billones, bizarro, eventualmente, obsceno, sensitivo, etc. Los que en nuestro idioma quieren decir otra cosa y los usamos mal por culpa de esos falsos amigos.
         La enantiosemia, también llamada antonimia o antífrasis: palabras que tienen un sentido opuesto al otro, nos deja perlas como: perla, sancionar, en absoluto, gracioso, o el “quijotesco” huésped. Y hablando del castellano del Quijote, “parlar” en español es hablar mucho y sin sustancia, por lo que uno prefiere ser “hispanohablante” al afrancesado “hispanoparlante”. Por cierto, la palabra en español que tiene todas las tildes es “pedigüeñería” y es más valleinclanesca que “mendicidad”. Sendos no es equivalente a ambos y su uso como “enorme” no es propio de la lengua culta, por lo que sendos senos, se referiría únicamente a los senos de todas las personas mencionadas.
         En una granada y hasta divertida lista de arcaísmos, me quedo con dos con los que dirigirme a ciertos personajes sin el riego inmediato de la tortura: albuznaque (bruto, bestia) que ornea (rebuzna).
         Todos los días oímos, vemos y padecemos lo que se califica como catástrofe humanitaria, pero si supiéramos que humanitaria es sinónimo de “bondadoso y caritativo”, hablaríamos más bien de catástrofe humana. Y hablando de oír, oía es la única palabra no monosilábica que tiene tantas letras como sílabas.
         Este viaje, obviamente, no es por avión; si lo fuera, el comandante nos daría la altitud a la que volamos cuando lo hacemos sobre el mar y la altura cuando lo hacemos sobre la tierra. Pero, en cualquier caso, culminamos esta primera etapa para dar descanso, más a los lectores que a nuestro aún no fatigado cuerpo.

luisroberts@gmail.com




Año V / N° CLXVI / 21 de agosto del 2017


Otros artículos de Luis Roberts:


No hay comentarios.:

Publicar un comentario