Edgardo Malaver
La expresión del presente adquiere
diversas formas en cada lengua y, dentro de cada una, en diferentes lugares. Normalmente
es expresado por el verbo, pero hay otras formas de señalarlo, la más frecuente
mediante adverbios. Sin embargo, existen también idiomas en los que se lo deja
implícito, es decir, una oración sin marcas de tiempo se interpretará siempre
en presente.
En español, regularmente, acompañando o
no el presente del verbo, encontramos los adverbios o construcciones
adverbiales. Decimos: “Está lloviendo ahora”, pero también “Está lloviendo en
este preciso instante”. Nuestro presente puede ser inmediato, el del momento
exacto de la enunciación, o más amplio, cuando se refiere a una época de años,
décadas o incluso siglos. El contexto nos da las claves. Podemos oír decir: “Hoy
es sábado”, porque el día anterior ha sido viernes; pero también “Hoy las
mujeres tienen derecho al voto” porque hace 50, 100, 120 años no era así.
El adverbio hoy, justamente, es tan versátil que en ocasiones nos vemos
obligados a combinarlo con algún otro o con algún sustantivo o sintagma para
lograr la precisión que intentamos imprimir a nuestra comunicación. Por
ejemplo, “Hoy en día no existen ya los caballeros andantes”. Nuestros oyentes nunca
pensarán que la semana pasada —a pesar de la buena falta que hace— andaba
Amadís de Gaula por la Gran Manzana auxiliando doncellas desamparadas. En
muchos lugares hoy en día es
intercambiable por hoy día.
No es así en Perú. Aunque también se oye
en Chile, en Perú hoy día significa
exclusivamente ‘el día de hoy’, ‘dentro de las presentes 24 horas en que
estamos viviendo’. Quizá sea más sencillo reconocer a un hablante del español
de Perú por el uso de esta construcción que por cualquier otro rasgo de su
habla, sea cual sea su nivel educativo o su oficio, dentro o fuera de su país.
Desde hace años, se me ha antojado —o,
como diría don Quijote, tengo para mí— que los peruanos podrían haber heredado
esa expresión de Bartolomé de las Casas (1474-1566). Es una impresión más
literaria que científica que me despertó un día en clase la lectura de su Brevísima relación de la destruición de las
Indias, de 1552. Por arriesgada que sea esta afirmación, Fray Bartolomé
utiliza a menudo una expresión con la que se siente que hace un esfuerzo por
precisar que se refiere al momento en que escribe, en oposición a la vaguedad
temporal que implican expresiones como actualmente,
hoy en día o incluso el sencillo hoy.
Dice, por ejemplo, “Desde que entraron
en [esta] tierra hasta hoy, [...] han
embiado muchos navios cargados, é llenos de Indios por la mar á vender a Santa
Marta [...], é hoy en este dia los envian” (De las Casas, 1815, 123). Hoy en este día. ¿Será esta la
expresión, que no debe haber sido creada por Fray Bartolomé, el antecedente del
aparentemente peruano hoy día? Lo sea
o no, el esfuerzo por fijar su ‘momento actual’ es evidente. En otros pasajes
da hasta tres indicaciones de presente inmediato en la misma oración: “Y otra
cosa no han hecho de quarenta años á esta parte, hasta hoy, e hoy en este día
lo hacen” (p. 4). Que no quede duda: es hoy, no ayer ni mañana.
Quién sabe si estoy exagerando con mis
intuiciones, pero lo cierto es que cada pueblo se las arregla para expresar, de
un modo u otro, en una geografía u otra y a lo largo del tiempo, todo lo que la
realidad le ofrece. Y quizá no estemos conscientes de ello, pero el pasado es
la principal influencia del presente. Por lo menos en el español de Perú es así
hoy día.
emalaver@gmail.com
Bibliografía
De las Casas, B. (1815).
Brevísima relación de la destruición de
las Indias. Lima: COFIDE-Universidad de San Marcos.
Año IV / N° CXXXVII
/ 2 de enero del 2017
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