Laura Jaramillo
Me confieso amante del léxico
popular, porque es un fiel reflejo de lo que pensamos, de lo que vivimos y de
cómo vemos la vida. Lo coloquial es ‘la salsa que se le pone al plato sobre la
mesa’, como dijo alguna vez el periodista Jesús Cova cuando escribía en el
diario Últimas Noticias, en la columna El Defensor del
Lector, haciendo referencia al lenguaje bélico en el deporte.
En el caso de los venezolanos
y colombianos, existe una afinidad tan particular al momento de expresarnos que
no es en vano cuando se dice que somos países hermanos. Afinidad que no veo con
ningún otro país (perdonen si me equivoco). El léxico de ambos países es tan
rico en ingenio, originalidad y expresividad, que es allí donde se conoce
realmente la cultura del hablante.
La característica más
resaltante de ambos hermanos es la jocosidad del léxico. Ejemplo de ello es la
palabra fufurufa. Cuando la escuché por primera vez, me sonó como a
nombre de perro con full pedigrí. Luego, la volví a escuchar y
pensé que era una forma diferente de llamar a la trufa, o, quizás, alguna fruta
exótica de las tantas que existen en el hermoso caribe colombiano, porque fue
de un colombiano que la escuché.
Un buen día, o, mejor dicho,
una buena noche, viendo un programa de humor colombiano (cultivo de la
ingeniería léxica) llamado Sábados Felices, un comediante,
representando al costeño, en su presentación explicó tan claro lo que significa
popularmente fufurufa, que llegó a mí esa luz que te hace decir:
“¡Aaahhh!”, y solo recuerdo que reí hasta más no poder. Ahora, como es mi
costumbre, forma parte de mi léxico folclórico y costeño.
Sin embargo, me llama la
atención que mi vecina, muy barquisimetana ella, me dijo, muchísimo tiempo
después de mi descubrimiento semántico, que en esa ciudad del estado Lara
también es muy frecuente el uso de esta palabra y con el mismo significado.
Curioso punto de encuentro semántico entre los hermanos países.
Bueno, para resolverles la
intriga, fufurufa, según el DRAE, es una persona “que manifiesta
gustos propios de la clase social acomodada o [que] se cree mejor que los demás”, pero solo es de uso en El
Salvador y en Honduras. Pero en Colombia y en Venezuela significa...
No voy a poner la palabra,
sólo haré una pequeña modificación al título de una famosa novela del gran
escritor Gabriel García Márquez, pa que les caiga la locha y también puedan
decir “¡Aaahhh...!”: Memorias de mis fufurufas tristes.
laurajaramilloreal@yahoo.com
Año
II / Nº XX / 1° de septiembre del 2014
Jajajajaja buena!!.
ResponderBorrarMuy interesante artículo. Me gusta la manera en que abordas el concepto desde un punto de vista jocoso, aunque sin perder de vista el tacto educativo y pedagógico.
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