Ariadna Voulgaris
Fieles
y fieles difuntos. Las benditas
ánimas del Purgatorio (1772), atribuido a Juan Pedro López |
El
año pasado me propuse escribir para Ritos de Ilación por lo menos 12
notas, una por mes, para explicar el nombre de cada uno. Los que nos siguen se
dieron cuenta de que ya para mayo se me iba acabando el combustible, y fue más
bonito hablar de poesía —mi tía Andrea y Juana de Ibarbourou me dieron la
excusa—. Para julio, la musa me abandonó y el profesor Malaver tuvo que correr
en mi auxilio. Con la energía de la Navidad pude terminar el año, pero quedé
con esta deuda.
Pues
bien, la etimología de noviembre es, como la de los últimos cuatro meses
del año, aburrida; su relato se limita a anotar que significa ‘noveno mes’ y
que antes del calendario juliano precedían... ¡a enero y
febrero! ¿Qué otra cosa, más entretenida, se puede decir de noviembre?
En la
mente de muchas personas es un mes así como luctuoso; imagínense que apenas
comienza, ya se celebra el triste Día de los Fieles Difuntos; sí, mis
estimados, a pesar de eso, de ser triste, en muchos países se celebra. En mi
mente es una especie de antónimo de abril y mayo, que tienen fama de meses
floridos, llenos de color, música y alegría.
En el
mundo de la sabiduría popular, existen dos expresiones que, por lo que dice el
diccionario, se utilizan en España y a mí me parecen de lo más encantadoras. Terminado
noviembre, el que no sembró que no siembre, dicen en algún lugar de la
Madre Patria. Eso me pasó en el 2021. Se acabó noviembre y tuve que dejarlo
para la siembra de este año. Uno piensa que es una simple rima, pero también
podemos aprender que cuando deja pasar las oportunidades, no vale la pena
intentarlo más tarde. Tiene que ser en el momento preciso, y hay que
desarrollar el sentido necesario para reconocer la oportunidad y para reconocer
cuándo ya ha pasado. En Venezuela, cualquiera piensa que se trata de una
reflexión sobre la holgazanería. Una vez que pasa noviembre, dirán algunos, ya
los proyectos no iniciados mejor que se queden para enero, porque ¿qué tiempo
vamos a tener en diciembre de crear y trabajar si lo que viene es Navidad?
La otra
expresión es noviembre lluvioso, año copioso. Otra vez la rima, no sé pa
qué la nombro, si es lo más típico de los refranes y expresiones populares.
Parece augurar que el año siguiente como que va a ser buen año, pero para eso
tiene que pasar que en noviembre llueva mucho, y seguro que si es en el día de Todos
los Santos o en el de los Fieles Difuntos, mejor. Pero no es sólo la rima. ¿Qué
más copioso que la lluvia? ¿Qué piensa uno cuando llueve en la última noche del
año? Que el año que comienza esa noche va a ser lluvioso. Y después de eso, es
fácil conectar con la abundancia y, por ahí, con la prosperidad... pero desde noviembre
mismo.
Por
último, quiero comentar una exconfusión, es decir, una confusión que, leyendo y
escribiendo sobre este tema, logré aclarar: que el Día de los Fieles Difuntos
no se recuerda a unos difuntos que son o han sido fieles sino a todos los
fieles que han muerto. Aquellos de los difuntos que, además de todo,
permanecieron fieles a Dios en vida, ahora, además de polvo, son felices. Debe
ser por eso que tiene sentido celebrarlos.
¡Feliz
noviembre!
ariadnavoulgaris@gmail.com
Año
X / N° CDI / 3 de noviembre del 2022
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