Ariadna Voulgaris
Un juego de la oca de 1780,
recreado a partir de los griegos y custodiado en el Museo Británico |
A veces es curioso, inesperado, sorprendente
(para mí, sobre todo, sorprendente) que exista una palabra cuya etimología no
se conozca. Mi amiga Alejandra y yo, de pequeñas, pensábamos que los señores de
la Real Academia lo sabían todo, así que ahora cuando me encuentro esas
anotaciones en el DRAE que dicen, por ejemplo, “de origen incierto”, me
sorprendo.
El adjetivo gaznápiro, que me
gusta más como sustantivo, no conoce un origen claro; hasta esta semana, yo me
imaginaba que tendría alguna relación con los gansos, que deben tener el
cerebro pequeñito, pero sin siquiera leer mucho, me di cuenta de que esa
evidente diferencia de la Z y la S no permite tal vínculo; así que me puse a buscar
otras hipótesis.
Infortunadamente, no tengo (ni encontré
en la web) el Diccionario de Joan Corominas, que tantos autores citan al
hablar de esta etimología, pero Corominas tiene la hipótesis más difundida: que
gaznápiro puede haber sido traída a España desde Flandes; los soldados
usaban en aquella época (no dice cuál) la palabra gesnapper, combinación
de gesnapp y snapper (o ‘parloteo’ y ‘charlatán’). Es verdad, se
parecen. Por dentro y por fuera.
A pesar de todo, como creo que nadie puede
tener certeza de cómo se pronunciaban gesnapp, snapper ni gesnapp
en neerlandés en la época en que la presencia española en los Países Bajos era
significativa (es decir, la época de Felipe el Hermoso, Juana la Loca y su
heredero, Carlos V) yo me permito dudar de esta etimología. Claro que si entre los
lectores de Ritos de Ilación hay alguien que conozca aquel idioma, que
hable ahora o...
El meticuloso Ricardo Roca afirma que el
DRAE recogió la palabra en 1884, pero si es cierto que hablantes del español la
usan desde los primeros días del siglo XVI, el último cuarto del XIX es
demasiado tiempo para que los académicos se dieran por enterados de su existencia;
así que, aunque respeto y recomiendo mucho el trabajo de Roca, también me deja
con una ceja levantada (pero una sola, ¿eh?).
A estas alturas del partido, aún me falta
decir qué significa gaznápiro; significa lo que dicen en Flandes, pero
con su gota española de recrudecido insulto; el DRAE dice: “Palurdo, simplón, torpe,
que se queda embobado con cualquier cosa”. Cuando le leí esto a Alejandra, me
dijo: “Hermana, eso es lo que nosotras llamábamos cabeza e ñame”. Cabeza
e ñame, sí, señora, eso es, ni más ni menos, y todos sabemos que el ñame
viene de la tierra.
Yo casi me quedo contenta con este
rayito de luz, pero mi amiga, que ahora cree que en Ritos somos como una
pequeña Academia, dice que no va a dejar de preguntarme hasta que esto se
aclare. Bueno, ojalá.
ariadnavoulgaris@gmail.com
Año VIII / N° CCCXVII / 21 de septiembre del 2020
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