Sara Cecilia Pacheco
Cuando la lengua no te es extraña, cuando
te maravilla, te inquieta…, te encuentras inconscientemente analizando cada cartelito,
valla o publicación. Eres un observador (algunas veces un inquisidor) de cada palabra
que se te atraviesa, de cada grupo de palabras, ves la forma, ves el fondo… Y (clic)
le tomas una foto para comentar o reírte con otros de tu especie.
Lo mismo nos pasa con las conversaciones.
Por más bien educado que hayas sido en casa, te sorprendes escuchando conversaciones
ajenas. Sin intervenir, claro está. Es así como uno se queda con cada perla. Como
en mi caso con la archirrepetida expresión a la final para decir la conclusión
de lo dicho, una especie de en fin que está muy de moda.
En todas partes escucho ese a la final:
“A la final no viniste…”, “A la final me salí de la cola…”, “Ni pudimos comprar
a la final…”; sin haber notado quizá que la expresión es al final. Si la
analizamos, se trata de la preposición a y el artículo el en su forma
contraída al, junto al sustantivo final que según la RAE, es “m. Término
y remate de algo”. En esta acepción, la palabra final es masculina y no femenina.
En elDiccionario de uso del español de María Moliner aparece la expresión
al final: “Como conclusión de todo lo hablado, ocurrido, etc. Implica frecuentemente
que la conclusión de que se trata es absurda o inadmisible: ‘¡No... si al final
resultará que quien tenía razón era él...!’”.
No faltará quien diga que la final existe
y por tanto se puede decira la final. Sí, claro, se puede decir, pero no
tendrá el significado que quieres porque la final es, según la RAE: “3. f.
Última y decisiva competición en un campeonato o concurso”. La final es la que se
jugará este domingo 13 de julio en el Maracaná, una final a la que, al final, esta
vez tampoco vamos.
sarace.pacheco@gmail.com
Bibliografía
Moliner, M. (2000). Diccionario de uso del español.
Madrid: Gredos.
Real Academia Española (2001). Diccionario de la
lengua española. Madrid: Espasa Calpe.
Año II / Nº XIII / 7 de julio del 2014
"Eres un observador (algunas veces un inquisidor)". Si tuvieses mi experiencia dirías lo contrario, me refiero a que son muchos los policías de la gramática con los que he tenido que lidiar. Muy chevere post.
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