lunes, 18 de noviembre de 2019

Metáforas escatológicas (I) [CCLXXVIX]

Laura Jaramillo


 
Escena de El fantasma de la libertad (1974),
de Luis Buñuel


         Recuerdo una canción que aprendí en la escuela y que cantaba con las amiguitas cuando salíamos como alma que lleva er diablo a la siempre esperada hora del recreo. A mi cucha no le gustaba la cancioncita esa. Hoy (no importan los años que han pasado), aún la canto pa echar vaina un rato.
         No sé si algún coterráneo o coetáneo la conoce; si no, se la presento. Y dice: “Queremos comer vómito caliente de un paciente, sangre cuajada de rata reventada y de postre un pu, hecho con pupú”.
         Sí, ya sé que no parece canción para colegialas ‘inocentes’, pero era la que nos gustaba cantar cuando la niña que nos caía mal se comía gustosamente su merienda, que nunca nos brindaba.
         Traigo esta anécdota a colación para hablar sobre las expresiones que nos encanta tanto esgrimir, pero que quizás son un tanto grotescas. Por supuesto, son las famosísimas metáforas, en este caso son las metáforas escatológicas, que en ocasiones pueden ser ofensivas; pero primero analicemos algunas de ellas antes de molestarnos, porque quizás en el fondo no son tan ofensivas.
         Primero, la RAE define escatológico como el “conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba”. También refiere que es “perteneciente o relativo a la escatología”. Esta es el “uso de expresiones, imágenes y temas soeces relacionados con los excrementos”. Esto quiere decir que por un lado tenemos la ultratumba y por el otro tenemos los excrementos, es decir, el punto de encuentro es la tierra (¿o no?).
         Hace algunos años, salió un pelotero muy molesto porque, según él, la gente lo consideraba un ‘come mierda’. Su defensa era que no se calaba los insultos y regaños de otros, que solo peleaba por ser el mejor. De verdad, el señor estaba bastante ofuscado.
         Sin embargo, que le digan a uno ‘come mierda’ no debería ser una ofensa, pues hay animales que lo hacen, como el tierno chigüirito. Para este animalito tan llanero, gordito y peludito es totalmente normal comerse su propio excremento, pues esas bolitas son muy nutritivas para él. Les explico. El chigüire, y no el bipolar, defeca la primera vez y se come su plasta, porque todavía hay que aprovechar los nutrientes que aún hay allí. La segunda vez, ya no come nada porque ya exprimió al máximo sus nutrientes.
         Una vez, mi periquito (que se llamaba Azzurro) estaba como en un jolgorio, comiéndose con todo su gusto unas bolitas de su propio pupú. Eso me dio risa, pero lo llevé al veterinario, porsiacaso. La cosa no era nada grave, solo que el pajarito tan inteligente sintió que tenía deficiencia de hierro, por lo que el pupú le daba lo que necesitaba.
         No se escandalicen. Vean esto como una manera de economizar comida.
         Esto sigue...

laurajaramilloreal@gmail.com



Año VII / N° CCLXXVIX / 18 de noviembre del 2019




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1 comentario:

  1. ¿Te parece gracioso decir que comer mierda es una manera de economizar comida? ¿Has pensado en el impacto que una frase así puede tener en un país que atraviesa una crisis alimentaria? Porsupuesto que me escandalizo, y no por las expresiones utilizadas, sino por la ligereza con la que se tratan estas ideas...

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