lunes, 5 de octubre de 2015

Somos venezolanos, ¿y qué? [LXXVI]

Laura Jaramillo


Parafraseando a “El Mono” Sánchez
Humorista colombiano

         Nuestro modo de hablar, además de nuestras actitudes, costumbres y pensamientos, es la característica más resaltante para hacernos diferenciar de otros latinoamericanos. Los venezolanos, solo para hacernos entender, tenemos una peculiar capacidad para inventar expresiones (y para mantener las de vieja data), a través de figuras como la comparación y la metáfora, no faltaba más.
         Bueno, veamos algunas de esas expresiones tan nuestras:


    • Los amigos son compinches o panas; y la amistad verdadera es una panadería.
    • Cuando nos sentimos mal, nos da un beriberi o un patatús.
    • Las peleas son atajaperros, berenjenales o zaperocos.
    • Cuando no nos importa nada, somos viva la pepa o antiparabólicos.
    • El borracho está zarataco.
    • No somos despistados, somos despalomaos.
    • Si tenemos cosas pendientes por hacer, estamos hasta los tequeteques.
    • Al consentido o más querido de la casa, le decimos toñeco.
    • Nosotros no nos morimos, nos petateamos o colgamos los guantes/guayos.
    • Algo no se rompió, se esguañingó.
    • No tomamos cervezas, tomamos birras o nos echamos unos palitos.
    • Si vamos al cine, no vamos en grupo, vamos en cambote o en patota.
    • Nuestras arepas son pelúas o catiras.
    • No bailamos, pulimos hebilla.
    • El doble seis es una cochina.
    • La droga se convierte, no sé cómo, en perico; y el drogadicto está periquiao.
    • No nos comemos un perro caliente, sino un asquerosito o bala fría.
    • El despecho es un guayabo.
    • La resaca es un ratón, a veces un canguro.
    • No es frío, es Pacheco.
    • Cuando se nos olvida el nombre de alguna cosa, entre varias opciones, lo podemos resolver con el bicho ese que se bichea (sigue así, Rayuela).
    • No nos ponemos bravos, nos convertimos en anacondas o macaureles (¿verdad, Yelitza?).
    • El raspao de la olla es el cucayo (Blanca, ¡qué falta hace mamá!).
    • No tenemos sueño, sino un sueñero (ay, Genaibis, qué sabroso cuando llega el sábado).
    • No se habla mucho, se habla hasta por los codos.
    • Cuando se llega a los 60 años, no somos de la tercera edad, sino que mascamos el agua.
    • No decimos muchos, sino sopotocientos.
    • Algo no es chévere, es mollejúo.
    • Los celulares no son androides o de última generación, sino que cantan el himno nacional y hasta te peinan.
    • No tenemos información importante, tenemos una cabilla.
    • Nosotros no caminamos, pateamos la calle.
    • Las mentiras son muelas.
    • La garganta es el gañote; y si gritamos, nos esgañotamos.
    • Si nos equivocamos, pelamos gajo o meamos fuera del perolito.
    • No es hola, es épale, qué hubo, qué más.
    • Nacimos en el año de la pera o en los tiempos de María Castaña.
    • No somos inteligentes, sabemos más que pescao frito.
    • La sandalias son chancletas o babuchas.
    • No estamos en peligro, estamos en pico e zamuro.
    • Y pa más ñapa, ahora no vamos al supermercado, vamos a bachaquear.

            Por eso, somos venezolanos, ¿y qué?


    laurajaramilloreal@yahoo.com




    Año III / Nº LXXVI / 5 de octubre del 2015

    6 comentarios:

    1. Saludos, Laura. Interesante tu lista de expresiones. Sin embargo, me gustaría que me aclararas algunas de ellas en cuanto a su uso por parte de un grupo etario o región de Venezuela. Debo aclarar que soy adulto contemporáneo, a punto de mudarme al quinto piso y he leído, escuchado y usado estas y muchas otras expresiones. Aquí te van mis dudas. Por ejemplo: ¿quiénes o en dónde dicen, al morirse, la expresión petatearse o colgar los guayos? Colgar los guantes, la he usado y leído, pero las otras…De hecho, la expresión que más se escucha es peló b…(más vulgar).
      La palabra sueñero me llamó la atención también. En cuanto a zopotocientos, la conozco pero con S, en referencia a aquel programa educativo de los años 70 con el cual crecí y disfruté no mucho sino un montón (mi cédula se acaba de caer y está rebotando por toda la habitación). En cuanto a cabilla, la uso para designar algo que está muy bueno (una canción, por ejemplo). Para una información importante uso tubazo o apelo (me adapto o muero…gracias Darwin) a una reciente palabra comodín (malandrosa y sabrosa como ella sola) y que está en boca de todos: Beta. Por último, la expresión saber más que pescao frito, para mí, tiene una carga despectiva. Prefiero decir que alguien es un coco o un cráneo para no ofender susceptibilidades, digo yo.
      Atte. Un pobresor de la EIM (U-U-UCV)

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    2. Respetado Profesor:
      Petatearse es una expresión mexicana, sin embargo, he tenido la oportunidad de escucharla en diferentes oportunidades entre los hablantes del común, de a pie, aquí en Caracas. Colgar los guayos, es mucho más usada por el común en Colombia, pero aquí, entre los jugadores de fútbol hay cierta tendencia a usarla. A pesar de que no son nacidas aquí, son expresiones que poco a poco van tomando aroma a venezolano, y se expresan con la mayor naturalidad, sin que haya temor a que lo miren uno feo por estar hablando raro. Colombia y México están alimentando nuestro léxico. No considero que pelar bola sea vulgar en ese sentido, ni tampoco en el sentido de ‘no tener plata’; todo depende del contexto situacional. El filólogo Ángel Rosenblat opinaba que aunque se considera grosera, no lo es.
      Sueñero es andina. Las personas que conozco que la expresan son del Táchira.
      En cuanto a Zopotocientos, como aún no hay una tendencia por el uso de una u otra ‘letra’, la puse con z. Por cierto, no conocía ese programa.
      Cabilla es exactamente lo mismo que usted dice. Algo es cabilla cuando lo consideramos bueno, importante, interesante, fenomenal, trascendental, significativo, etc. Tubazo por supuesto que también es válida.
      Todas tienen sus variantes, algunas se consideran positivas, otras negativas, o sea, hay de todo como en botica. De allí que le parezca despectivo decir saber más que pescao frito. Si no le gusta, hay variantes como saber más que cubito ahumado o más que la sal. Si no, también son válidos el coco o el cráneo.
      Como todos mis artículos, quiero sembrar curiosidad sobre los recovecos del lenguaje. Cada día se aprende y se inventa cada cosa. Mi corpus más sabroso es el metro, el carrito, el mercado, hasta el malandro de la esquina. Más en estos días, cuando uno siempre se pone a hablar de cualquier cosa con los compañeros de las colas. Como dice Aquiles Nazoa (con quien comparto el privilegio de haber nacido en la misma parroquia): “Creo en los poderes creadores del pueblo”.
      Saludos para usted también.

      Laura Jaramillo
      Traductora
      PD: Hablando de opiniones variadas, el pobresor sí me parece despectivo. Le regalo otra opción: Profesor en la carraplana.

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      1. Saludos, Laura. Gracias por tu respuesta. Sigue adelante con tus artículos.

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    3. ¡Laura! Me parece tan buena y nutritiva esta respuesta como el artículo inicial. Qué bien. Gracias. Ah, y gracias también por los halagos implícitos (y explícitos) que hay en 'profesor en la carraplana'.

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      1. Ay, perdón, se me olvidar firmar, y, además, no me di cuenta de que estaba utilizando mi antifaz del Zorr... perdón, de Ritos de Ilación. Edgardo Malaver

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    4. hola Laura me encanta tu lista esas son las palabras que se utilizan hoy en dia sobre todo la del bicho que se bichea jaja

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