lunes, 11 de junio de 2018

Sí hay punto [CCXII]

Edgardo Malaver





A veces no se sabe qué significa el adverbio
(foto el autor)



         No es un fenómeno reciente en Venezuela, pero las actuales dificultades que vivimos lo han hecho más notorio. Como, al igual que todo lo demás, escasea el dinero en efectivo, uno va por la calle a la caza de lugares donde pueda pagar con tarjeta. Y ése parece ser ahora el letrero más importante que pueda poner cualquier comerciante en la entrada de su negocio. El solo letrero ya es publicidad suficiente para atraer clientes. Y el letrero dice siempre: “Sí hay punto de venta”, o simplemente “Sí hay punto”.
         Puede ser que se omita a veces “de venta”, que es curioso porque forma parte de un término del campo comercial que designa un objeto preciso, pero en muy escasas ocasiones encontrará usted que se omita el adverbio de afirmación . Es lo que más llama la atención, dado que este enfático suele aparecer en el discurso, hablado o escrito, cuando antes se ha expresado una duda sobre un hecho o se le ha negado. Es su naturaleza, es lo que tiene sentido, es la función que la lógica le ha reservado. Usted sólo dirá: “Yo vine a trabajar ayer”, cuando antes alguien lo haya puesto en duda o haya desconocido que usted cumpliera con su deber. De lo contrario, bastará con decir, si es que verdaderamente llega a necesitar decirlo: “Yo vine a trabajar ayer”.
         ¿Por qué los comerciantes —al menos los venezolanos— sienten la necesidad de comenzar este anuncio con el adverbio ? Habrá sido por la constante pregunta —y una pregunta es ya una duda también— de si había punto de venta en un negocio, cuando aún no eran tan frecuentes. El letrero habrá sido, me figuro yo, una respuesta anticipada a la expresión de la duda: no pregunte, que hay. Y ahora que lo hay en todas partes, ¿por qué persiste?
         Hace poco lo frecuente era la pregunta, ahora lo que inunda el mercado es la respuesta, afortunadamente afirmativa casi siempre. Antes era la duda, ahora es la reafirmación enfatizada y omnipresente lo que dirige nuestros pasos hacia esta tienda o hacia otra, lo que determina si compramos o no compramos en un lugar, a veces si almorzamos o no ese día. Siempre la lengua sobrevolando nuestras vidas, y las dudas, las preguntas... y las afirmaciones, las negaciones... y hasta las transacciones comerciales.

emalaver@gmail.com



Año VI / N° CCXII / 11 de junio del 2018



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