lunes, 13 de mayo de 2013

¡¿Cuba fue una colonia estadounidense?! [V]

Joana Do Rego



         Durante las pasadas dos semanas he fastidiado al editor de Ritos de Ilación, Edgardo Malaver, para que siga publicando la revista; sin embargo, aquí en esta tarde de fotocopias, recordando una de las últimas novelas románticas que leí son mi debilidad, recordé que uno no debe pedir a los demás lo que no está dispuesto a hacer uno mismo, así que, aquí tienen mi primera contribución a Ritos de Ilación.
         El primer tema del tercer trimestre en Laboratorio de Inglés es la Crisis Cubana de los Misiles; teniendo todo el tiempo del mundo, estudiante al fin, esperé hasta última hora para estudiar y cuando voy a revisar los documentos que descargué de la red, resulta que son requetelargos, así como la palabra nicenoconstantinopolitano, de la que se habló en el Ritos pasado (el cual deberían leer).
         Después de tanto leer, una compañera me dice que Cuba se independiza de España a finales del siglo XIX y que luego de eso comienza a ser colonia estadounidense. Se podrán imaginar el tamaño de mi sorpresa luego de haber crecido en un mundo donde Castro odia el imperio.
         Así que he aquí los datos que recopilé: Cuba, evidentemente, como casi toda América, fue colonizada por España en el siglo XVI; en 1868 empieza la llamada Guerra de Diez Años, con la que los cubanos tratan de liberarse del yugo español; hasta 1895, Estados Unidos hace grandes inversiones en Cuba, principalmente en tabaco y caña de azúcar; después de muchas disputas, como siempre Estados Unidos fue el héroe del día, y logró “liberar” a Cuba, solo para poner la fusta bajo su propia mano y es hasta la llegada de Fidel Castro que Cuba por fin se ve fuera de la mano yanqui, o eso es lo que los cubanos pensaron...

 j.zerpa5@gmail.com

 

 

 

Año I / Nº V / 13 de mayo del 2013

 

 

 

Update

     Hoy, 21 de julio de 2014, mientras reviso/corrijo el texto para publicarlo adecuadamente en el blog, me gustaría agregar otra cosa curiosa que descubrí sobre Cuba en la clase de Analysis de Inglés III: hasta hace poco hubo muchas noticias acerca de Guantánamo y su cárcel. Siempre que escucho eso me viene a la mente el desierto de Mojave, despiadado e infértil, con plantas rodadoras por doquier. Pero resulta que Guantánamo está ubicado en la muy fértil tierra cubana donde la mayoría de sus habitantes viven de la producción de caña de azúcar y café. Luego de la intervención de Estados Unidos, a través de la Enmienda Platt (http://www.ourdocuments.gov/doc.php?flash=true&doc=55), obligaron a Cuba a ceder parte de su territorio bajo la amenaza de que la invasión seguiría, a menos que el “arriendo” fuera posible. Desde entonces y hasta 1960, Estados Unidos hizo un pago simbólico de 5.000 dólares anuales, hasta que el gobierno de Castro se negó a seguir recibiéndolo. Definitivamente el estudiante de Idiomas necesita saber más cosas además del conocimiento lingüístico de las lenguas que domina, necesita conocer la cultura propia y la de su entorno.

lunes, 22 de abril de 2013

Nicenoconstantinopolitano [IV]

Edgardo Malaver Lárez

 

 

 

         Una de nuestras lectoras, Joana Do Rego, nos escribe desde Venezuela. Muchas gracias, Joana, por los saludos y por tenernos presentes.

         Dice Joana que le gustó una de las curiosidades lingüísticas a las que dedicamos el número 3 de Ritos de Ilación: la de la palabra más larga de todas las incluidas en el Diccionario de la Real Academia Española, electroencefalografista, y que pudo incluso utilizarla en una oración: “El electroencefalografista estará ocupado hasta las tres”. Debe trabajar en una oficina. Despide su mensaje solicitando más comentarios nuestros sobre esta y otras palabras particularmente largas.

         Para responder a esta lectora, iniciamos una paradójicamente breve investigación que nos dio varias sorpresas. Por ejemplo, encontramos en la página 11 del diario Notitarde, de Venezuela justamente, del 21 de enero de este año, una nota que habla de los vocablos más largos del mundo. Dice que se lleva la palma la palabra lopadotemachoselachogaleokranioleipsanodrimhypotrimmatosilphioparaomelitokatakechymenokichlepikossyphophattoperisteralektryonoptekephalliokigklopeleiolagoiosiraiobaphetraganopterygon, que, como se ve, contiene 182 letras. Es un término del “griego antiguo, que fue inventado con fines humorísticos por el escritor Aristófanes, para designar una comida ficticia”. Aristófanes vivió entre el 444 y el 385 antes de Cristo, pero de haber vivido en el actual siglo y de haber escrito en español, probablemente habría tenido que sustituir algunas k por c o por qu, algunas ph por f, etc., con lo cual la dichosa palabra terminaría teniendo, en nuestra lengua, apenas 177 caracteres. Bastante.

         Notitarde habla también de una palabra sueca que requiere 130 caracteres para escribirla.

         En español, a pesar de que existen (o por lo menos pueden construirse cuando se necesitan, gracias a la composición o la derivación) palabras más largas que electroencefalografista, pero lo que deseábamos destacar la semana pasada era que es ésta la más larga que se encuentra en el diccionario; el español es un idioma, al parecer, mucho más sintético que algunos otros. Otra palabra que parece estirarse mucho es nicenoconstantinopolitano, de 25 letras, que no ha aparecido nunca en ninguna edición del diccionario de la Academia a pesar de pertenecer al ámbito religioso —el credo católico se llama así desde el año 381—. También es posible componer: otorrinolaringológicamente y contra-rrevolucionariamente, de 26; electroencefalográficamente, de 27, e incluso anticonstitucionalísimamente, ¡de 28!

         Este parece ser el máximo de longitud en español. Un profesor de morfosintaxis, sin embargo, se daría banquete “desarmando” esta palabra en sus numerosos componentes y demostraría que la lengua española es capaz, así, de concentrar una inmensa variedad semántica en formas léxicas verdaderamente reducidas.

         Hemos encontrado, a pesar de todo esto, la exageración de las exageraciones en español: pentaquismiriohexaquiskiliotetracosiopentaquismiriohexaquiskilotetracosiohexacontapentagonal. Si estuviera en el diccionario, diría: ‘perteneciente o relativo al polígono de 56.645 lados’. Noventa y dos caracteres apenas, ¡en singular!

 

emalaver@gmail.com

 

 

 

Año I / Nº IV / 22 de abril del 2013

 

miércoles, 10 de abril de 2013

Electroencefalografistas y más récords [III]

Edgardo Malaver Lárez




         Hay gente para todo: gente que come moscas, gente que colecciona botellas de refresco, gente que se congela para esperar la resurrección. Y gente que recoge curiosidades lingüísticas.
         En español, las curiosidades son muchas. Por ejemplo, la palabra oía tiene tres sílabas en tres letras. La palabra menstrual es la más larga con sólo dos sílabas. El vocablo cinco tiene a su vez cinco letras, coincidencia que no se registra en ningún otro número. La palabra electroencefalografista, con 23 letras, se ha convertido en la más extensa de todas las admitidas por la Real Academia Española en su diccionario. En plural, serían 24. La palabra pedigüeñería tiene los cuatro firuletes que un término puede tener en nuestro idioma: la virgulilla de la eñe, la diéresis sobre la u, la tilde del acento y el punto sobre la i. El vocablo reconocer se lee lo mismo de izquierda a derecha que viceversa. Y hay una curiosidad que más bien parece un insulto creado por los argentinos para lanzarse entre sí cuando no gana el candidato de su preferencia en alguna elección: alterando el orden de sus letras, la palabra argentino sólo puede ser transformada en ignorante.
         Todo esto está en el nivel lexical, pero llevando este empeño al terreno de la morfosintaxis, encontramos una palabra cuya pronunciación requeriría, si la encontráramos escrita, que nos detuviéramos por lo menos un instante a pensar. ¿Cómo pronunciaría usted la forma verbal salle, el singular del imperativo sálganle o salidle? Tendría que ser ‘sal-le’, en contra de lo que parece indicar la ortografía.
         La semántica, finalmente, también nos ofrece sus aportes. París, por ejemplo, tiene fama de ciudad romántica, pero el nombre de ciudad que aparece al leer al revés la palabra amor es Roma.
         ¿Cuál otra se le ocurre a usted?

emalaver@gmail.com



Año I / Nº III / 10 de abril del 2013

lunes, 4 de marzo de 2013

Diminutivos ocultos [II]


Intentando dar forma a la idea nacida una semana antes, recurrimos a este breve pero sustancioso artículo de José Antonio Millán (originalmente publicado en la sección “Rinconete” del Centro Virtual Cervantes) sobre ese fascinante fenómeno de los diminutivos que se han independizado de sus ‘familias de palabras' y andan por ahí, como infiltrados entre otros sustantivos que no tienen ese rasgo. Tómese, entonces, con nuestro reconocimiento al CVC, como nuestro

Nº II




Diminutivos ocultos
José Antonio Millán


     El Diccionario de la Real Academia contiene más de millar y medio de diminutivos.
     Muchos de ellos son diminutivos de sustantivos que hoy ya no existen, o son poco usados, lo que hace que no sean reconocidos como formas derivadas. Veamos algunos casos curiosos.
     Ardilla, el conocido roedor, es un diminutivo de arda o harda (que refiere precisamente al mismo animal, pero que es un nombre que ya nadie utiliza).
     Abanico viene de abano, que era precisamente el mismo instrumento Abanar venía del portugués abanar, ‘aventar’, ‘cribar’, y abano se utilizaba aún en el español del Siglo de Oro.
     Cangrejo es el diminutivo de cangro, que se refería al mismo animal.
     Observemos que la mayoría de los diminutivos fósiles provienen de los sufijos -ico, -illo, -ejo, que eran los más usuales en el español antiguo, en vez del moderno -ito.

Rinconete (Centro Virtual Cervantes), 16 de octubre del 2000
http://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/octubre_00/16102000_03.htm



4 de marzo del 2013

lunes, 25 de febrero de 2013

Ilación [I]


Ahora que miramos atrás, sabemos que este es el texto inaugural de Ritos de Ilación. No fue concebido como artículo para la primera edición de la... ¿revista?, que no existía aún, ni mucho menos como entrada del blog, que vino más tarde, pero sí fue compuesto intencionalmente al amparo de un espíritu que se fecundó ese día y que más tarde ha seguido animándonos. Entonces, para ser históricamente rigurosos con nosotros mismos, pero también para disfrutar, diríase hemerográficamente, de todo lo que hemos escrito, ponemos aquí lo que podemos llamar nuestro...

N° I


ilación. (del lat. illatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de inferir una cosa de otra. 2. f. Trabazón razonable y ordenada de las partes de un discurso. 3. f. Fil. Enlace o nexo del consiguiente con sus premisas.
     La palabra hilación no está registrada en el Diccionario.

Diccionario de la Real Academia Española, 2001



ilación. ‘Acción de inferir o deducir’ y ‘conexión lógica’: «Ella comenzó a hablar en frases entrecortadas y sin ilación» (Mutis Ilona [Col. 1988]). Este sustantivo proviene del latín illatio (‘inferencia, deducción’). No es correcta la grafía hilación, debida al influjo de hilar, verbo con el que etimológicamente no guarda ninguna relación.


Diccionario panhispánico de dudas, 2005



25 de febrero del 2013