lunes, 23 de agosto de 2021

Cuando los traductores tienen que corregir a los autores [CCCLXIII]

Antonio Peña

 

 

Rinpoche... gurú

 

 

 

         Mil veces me ha ocurrido (y a mi bella compañera de trabajo también) que tenemos que levantarnos súbito del escritorio para ir a la oficina del “gran sabio”, o “gurú” a decirle y explicarle que en ese texto cuya traducción encomendó hay un error. Ojo: no gramatical, ni de ortografía, porque esos son fáciles de corregir, sino de “contenido”, que es peor.

         Primero que nada, tienes que tener la prueba en la mano, impresa, y estar bien documentado. En segundo lugar, no debes esperar que el funcionario admita a las primeras que efectivamente sí hay un error (a menos que sea muy evidente). Y en tercer lugar, a veces hay que dejarlo así, porque sí; porque el autor lo quiere así.

         Mi gran pregunta es: cuándo lo traduzco, generalmente al inglés, ¿debo transmitir el mismo error en la lengua de Shakespeare?

         Y mi única respuesta es NO.

         Traducir el error, en mi opinión, es un pecado profesional, es una falta de ética. Es más, sería un exabrupto lingüístico que yo nunca me permitiría. Cuando el “gran sabio” me dice: “Déjelo así”, yo pienso: “En tu texto quedará así; en mi traducción, que es MI texto en inglés, aparecerá como debe ser”.

         Y así lo hago. ¿Y saben algo? Generalmente, cuando al final ven publicada la traducción, van a mi oficina y me dicen: “Oye, Antonio, quedó muy buena la traducción”.

         Y yo me pregunto: ¿De verdad este señor habla inglés o español?

         De verdad, ¿habla?

 

antoniojpm@gmail.com

 

 

 

Año IX / N° CCCLXIII / 23 de agosto del 2021

 

 

 


 

 

 

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1 comentario:

  1. Me encanta tu artículo. Me veo reflejada en él. Se me hincha la vena de la frente cada vez que oigo “déjalo así”. Un abrazo, Antonio.

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