lunes, 2 de septiembre de 2019

Paisano [CCLXXII]

Edgardo Malaver


Fruits du pays... de cualquier lugar



         Cuando era niño, veía los juegos de beisbol con mi abuela, que, de niña, iba con frecuencia al estadio porque todos sus hermanos varones eran beisbolistas. Aprendí de ella casi todo lo que sé de beisbol y al estadio fui tres o cuatro veces, cuando mi hermano menor se tomó vacaciones de la natación para jugar beisbol, del cual después se escapó para jugar fútbol.
         Un día, viendo un juego con mi abuela, oí al comentarista Carlos Alberto Hidalgo contar una anécdota en que dos peloteros conocidos entraban en el diamante vestidos “de civil” para revivir una jugada importante del pasado. Quería decir que no iban con el uniforme de su equipo, sino como cualquier ciudadano, y yo me quedé el resto del partido preguntándome cuál sería el equivalente de vestido de civil en el deporte o en cualquier otra disciplina que no fuera la militar.
         La pregunta ha estado rebotando en mi memoria durante más de 40 años, y hoy hizo un bounce fortísimo por centerfield mientras escogía yo unos cambures en un supermercado aquí en Lima. Una mujer le explicaba una receta a otra y le decía: “A eso le puedes agregar frutas cítricas o frutas del país”. ¡Frutas del país! ¡Dicen como en francés! ¡Fruits du pays! Frutas silvestres, frutas del campo, del lugar donde se cosechan... ¡o donde nacen!
         De camino a la casa, iba pensando que en francés pays deriva en paysan, que equivale a nuestro campesino, aunque se parezca más a paisano; pero... ¿paisano en español, además de referirse a aquel que es de la misma tierra que uno, significa también ‘campestre’, ‘rústico’? Tuve que apurar el paso: me urgía una dosis de diccionario.
         Pues sí, en tercera acepción; pero eso no fue lo mejor. Paisano ciertamente proviene de la palabra francesa pays, ‘territorio rural’, pero la gran sorpresa que me dio el diccionario fue que la segunda acepción abarca a cualquiera ‘que no sea militar’. Nunca me había percatado de este sentido. Sólo faltaba dilucidar un punto: ¡¿cómo se dice cuando un deportista, una enfermera, un escolar va por ahí sin uniforme? El diccionario incluye más adelante la locución adjetiva de paisano, que, referida a la ropa, quiere decir ‘que no es de uniforme o hábito’. O sea, un sacerdote sin sotana también va de paisano. Y nuestro amigo Hidalgo hubiera podido decir: “Dos beisbolistas vestidos de paisano”.
         ¡Ah!, en Perú me estaba esperando una respuesta más: aquí se dice en ropa de calle... o es la respuesta más frecuente de quienes soportan ahora mi preguntadera. Me recuerda en ropa de andar, que es un hermoso acortamiento, bastante familiar, que también he oído en Venezuela, pero que parece provenir de España, donde dicen más bien en ropa de andar por casa. No es lo mismo, porque equivale a en mangas de camisa y esto no tiene nada que ver con usar o no usar uniforme, sino con la formalidad o informalidad del vestido, pero me acordé.
         Mi hermano después del fútbol se metió en política y más tarde fue “oyente” en la primera academia de judo que hubo en Juan Griego. A esas alturas mi abuela y mi madre ya lo estaban presionando para que terminara la secundaria, y tuvo que enseriarse. Al final, no nos dimos cuenta de que los dos nos graduamos de detectives y, como se sabe, a los detectives, los de la ley y los de la lengua, nos conviene ir por ahí vestidos de paisano, no sea que criminales y palabras nos reconozcan y se nos escondan.

emalaver@gmail.com



Año VII / N° CCLXXII / 2 de septiembre del 2019




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