lunes, 8 de septiembre de 2014

Estás pidiendo más que Carúpano [XXI]

Edgardo Malaver Lárez



            Ya sabemos que la capital de Venezuela no ha sido siempre Santiago de León de Caracas. Santa Ana de Coro, la actual ciudad de Coro, estado Falcón, fue, desde que Juan Martín de Ampíes la fundó el día de la patrona de 1527 —vaya manera de poner nombre a las ciudades que uno va fundando por ahí—, la primera capital de la Provincia de Venezuela. La segunda fue El Tocuyo, estado Lara, a partir de 1545, cuando la fundó Juan de Carvajal. En 1577, finalmente, Caracas, fundada por Diego de Losada diez años antes, se convirtió en la definitiva capital de la capitanía general primero, luego del departamento de la Gran Colombia y más tarde de la república independiente. Sin embargo, durante la Guerra de Independencia, la capital se mudó provisionalmente varias veces: a Valencia, estado Carabobo, en 1812; a Maracay, estado Aragua, en ese mismo año, en 1830 y en 1858; a Angostura (hoy Ciudad Bolívar), estado Bolívar, desde 1819 hasta 1821.
            Todas estas mudanzas han sido ocasionadas por conflictos políticos. Lo que pasa en el estado Sucre es diferente. La tradición oral indica que en Sucre, a partir de algún momento —habrá que seguir investigando el fenómeno para saber cuándo—, se dice que los habitantes de Carúpano aspiran a que su ciudad se convierta en la capital del estado. Se dice en estados vecinos también, y probablemente se deba al rápido crecimiento que experimentó Carúpano en varios momentos de su historia, por su ubicación más accesible desde el mar, por sus bellezas naturales y culturales o por una suma de estos y otros factores. Lo cierto es que donde más se resiente esta aspiración es, naturalmente, en la ciudad de Cumaná, la capital del estado. Llamada, con razón o sin ella, la primogénita del continente americano, Cumaná fue fundada en 1521, aunque existen registros de la presencia de franciscanos en el lugar desde al menos 1515. Los cumaneses tienen multitud de argumentos, históricos, culturales, políticos, etc., para defender su capitalidad, pero los carupaneros no les van a la zaga. La “disputa”, que quizá pertenezca más a la histórica anecdótica de los pueblos que a la realidad histórica documentada, es harto conocida en los estados vecinos de Sucre.

            Así, cuando en la zona nordoriental de Venezuela, y quizá más allá, alguien se pone exigente o hace una petición excesiva o pretende lograr, sin tener méritos aparentes para ello, algo que va más allá de lo razonable, se le responde, como probablemente se hacía en Cumaná en los primeros días del supuesto reclamo carupanero: “Estás pidiendo más que Carúpano”.

            Parece que la expresión ha sido adoptada en otros estados y adaptada a sus propias diferencias geopolíticas. Hay que investigar más, pero aparecen voces en Internet que afirman que también en Maracaibo utilizan la expresión con respecto a Cabimas. En Nueva Esparta podrían utilizarla los de La Asunción con respecto a Porlamar —no lo he oído nunca— y quizá en Anzoátegui los de Barcelona con respecto a Puerto La Cruz. Sea o no así, queda claro que la sabiduría popular se mantiene, a diferencia de la capital de Venezuela, sin mudanza en la mente de muchos venezolanos ni en el territorio en que se use, puesto que pedir más que Carúpano conserva su sabor primigenio, como el de Cumaná, suficiente para expresar una realidad concreta, dígase donde se diga.


emalaver@gmail.com





Año II / Nº XXI / 8 de septiembre del 2014

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