lunes, 24 de agosto de 2020

La manzana de la discordia [CCCXIII]

Ariadna Voulgaris



Irene Papas como Helena en Las troyanas (1971),
de Michael Cacoyannis




         Chicas, si están leyendo la Ilíada por primera vez y no comprenden cómo fue que estalló una guerra tan sangrienta, que duró diez largos años y en la que se supone que se disputaban a una mujer —¡por Zeus!, qué halagador, ¿se imaginan, chicas, miles de hombres despedazándose por ustedes?—, si no ven en el poema la causa de tanta calamidad, tienen que ir a buscar esa causa en otro libro, como muchas cosas en la mitología griega. Y al comprender el porqué de la guerra de Troya, comprenderán también el origen de la expresión la manzana de la discordia.

         ¿Cómo fue que a Paris se le ocurrió robarle la mujer a Menelao? Ante París, considerado por las tres el más hermoso de los mortales, se presentaron una noche Hera, Atenea y Afrodita para pedirle que juzgara quién de ellas era la más bella del Olimpo. Y pusieron en las manos del joven príncipe troyano una manzana de oro que él debía entregar a la elegida. Hera entonces habló la primera y le prometió que si la elegía a ella le daría un poder incalculable y el trono de cien naciones de la tierra. Atenea después le dijo que ella, a cambio del premio, lo haría el hombre más sabio del mundo y su protegido. Y finalmente, Afrodita, desdeñosa, le ofreció entregarle el amor y la máxima felicidad al lado de la mujer más bella del mundo. Y entonces Paris, sin dudarlo un instante, le extendió la manzana a Afrodita.

         Fue así como Hera y Atenea se enfurecieron en contra de Paris y acudieron a Zeus para vengarse de él, de su padre, el rey Príamo, y de todos los troyanos. Afrodita, por su lado, condujo a Paris a Esparta, de donde, a pesar de la amistosa recepción que le dieron los espartanos, raptó a Helena, la bella mujer de su rey, Menelao.

         Y así comenzó la discordia, por causa de una manzana.

         Y la verdad es que Helena se ve muy tranquila y contenta en Troya, no se diría que sufre y llora porque aquel seductor de Paris se la robó. Por culpa de Afrodita, se olvidó incluso de su hija, Hermiona (sí, como la amiga de Harry Potter). La locura en realidad fue iniciada por Menelao, que emprende una gira geopolítica por Grecia en busca de apoyos (entiéndase: financiamiento, soldados y aperos de guerra).

         La manzana de la discordia, aunque representa ‘un origen simple de un gran conflicto, no tiene que ser tan literalmente la manzana de oro que entregó Paris a Afrodita. Pueden asociarla a la propia Helena, que, sin proponérselo (porque sabemos que fue víctima del encantamiento de Afrodita), simboliza un trofeo (esto ya no es halagador, pero pone a la mujer en el centro de la acción de los varones), la guerra dizque gira en torno a ella.

         Otra cosa que no se cuenta en la Ilíada es cómo los aqueos, habiendo entrado en la ciudad, fueron a buscar a Helena para conducirla, llena de mimos, ante su legítimo marido (nunca hay que olvidar los objetivos de empresas tan ambiciosas, ¿verdad?). Uno supone que la bella muchacha terminó volviendo a su lecho de Esparta, pero a mí me hubiera gustado sugerirle a Homero, para condenar la vaciedad de la guerra, un final alternativo: que presuroso entrara Menelao en la cámara de Paris buscando a su mancillada reina y, por ejemplo, la encontrara difunta.


ariadnavoulgaris@gmail.com

 

 

 

Año VIII / N° CCCXIII / 24 de agosto del 2020

 

4 comentarios:

  1. Ariadna corrige esto: "Y entonces Paris, sin dudarlo un instante, le extendió la manzana a Afrodita.

    Fue así como Atenea y Afrodita se enfurecieron en contra de Paris..."

    si le dio la manzana a Afrodita, por que se enfurecio?

    Nada, la historia esta chevere, pero ahora quiero saber quien fue la antipatica del cuento... JAJJAJJAA

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  2. Elizabeth, muchísimas gracias. Qué gusto me da tu comentario que hace mejor mi humilde artículo (de verdad quería hablar nada más de la expresión "la manzana de la discordia" pero la historia de la Iliada me asedió, como a Troya. Ya corregí el texto. La antipática es Afrodíta, que se sentía sobrada por su belleza y como que tenía la intuición de que el pobre mortal de Paris, hombre varón masculino, no la iba a despreciar. El error está en las otros dos nombres. Dije Atenea y Adrodita y tenía que decir Hera y Atenea. Muchas gracias.

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  3. Interesante mirada sobre la historia y cómo fue narrada por Homero en esos tiempos en que las mujeres no eran consideradas personas en muchas culturas. Si hubiese sido escrita hoy en día, probablemente Homero hubiese descrito un poco más la forma en la que la historia de Helena se convierte en una gran tragedia, forzada a ir con Menelao y violada incontables veces por su dueño.

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