lunes, 1 de febrero de 2021

Qué performance [CCCXLII]

Edgardo Malaver

 

 

Este bombillo en la estación de bomberos de Livermore, Estados
Unidos, ha estado encendido desde 1901. Qué performance

 

 

 

         La película ¡Ay, Carmela! (1990), de Carlos Saura, basada en la obra de teatro homónima de José Sanchis Sinisterra, cuenta la historia de Carmela y Paulino, comediantes que entretienen a las tropas del bando republicano en la Guerra Civil Española que, por accidente, quedan atrapados en la zona franquista. Cuando vi ¡Ay, Carmela!, seguramente ese mismo año, además del placer de verla, no tuve ningún otro pensamiento… hasta que oí a uno de mis profesores decirle a otro: “Qué performance el de Carmen Maura”. Y desde entonces me atormenta esta palabra cada vez que debo expresar este significado con una palabra española.

         Estoy pensando que la dificultad de traducir esta palabra proviene de su polisemia en la lengua original, el inglés. Nada del otro mundo, porque todas las palabras son así, pero existen también palabras como ésta, que se empecinan en mimetizarse con otras de diversos campos. Performance, en su significado profundo en inglés, transmite la idea de una acción que se lleva a cabo hasta su último extremo, que queda perfectamente concluida cuando se le termina de hacer. No es para menos, si está compuesto por el prefijo latino per-, ‘alrededor’ (como en pervertir, ‘darle vuelta a algo o alguien’) y la medieval raíz francesa furnish, ‘proporcionar’, ‘completar’.

         Sabido esto, uno comprende que los hablantes del inglés tengan un performance tallado a la medida para cada disciplina de la actividad humana. En educación (y en muchas otras), el performance de un estudiante puede ser equivalente a rendimiento o desempeño o evolución. En una empresa, un empleado puede tener un buen o mal performance, así como pudiera tener una alta o baja eficiencia, cumplimiento, resultados. En economía, una inversión que muestra un buen performance es la que da buen rendimiento, rentabilidad e incluso comportamiento. El performance de los contratos es en realidad su ejecución o comportamiento, pero pueden también ser objeto de non-performance, que sería su incumplimiento. Un aparato, por otro lado, tiene un adecuado performance cuando su funcionamiento es bueno o da una adecuada prestación o tiene una larga vida útil.

         En otras actividades encontramos también la palabra performance en inglés, donde en español sería ejercicio, realización, potencia, eficiencia, intervención y unas cuantas opciones más. Entra aquí la frase favorita de lingüistas y traductores: “Depende del contexto”. A veces depende de otras cosas, como la presunción o la pereza del lingüista o del traductor, y quizá por esta razón florece performance y oscurecen las demás.

         Hay un campo en el que la palabra performance se ha instalado a sus anchas y es bien difícil perturbar su comodidad: las artes escénicas. Sin embargo, también en el teatro es posible hablar de performance por medio de otras palabras. Un performance es, según la Academia, una “actividad artística que tiene como principio básico la improvisación y el contacto directo con el espectador”. O sea, usted recita un monólogo en una plaza, baila una danza contemporánea una estación de metro, ofrece una función de mímica en un parque, y ese, como pieza individual, es un performance.

         En realidad, cualquier manifestación teatral y todo lo que involucra, el estilo, la fuerza del trabajo que hace el actor, su talento para poner en actos y palabras el texto, sus movimientos en la escena, la impresión que causa en el público, todo esto puede llamarse performance. Sin embargo, en español hay más de una palabra para decirlo: actuación, interpretación, función, presentación, representación, acto, exhibición, recital, personificación, e incluso espectáculo, simulación y número.

         Todo esto es lo que debieron hacer Carmela y sus compañeros, Paulino y Gustavete, para sobrevivir cuando se vieron obligados a actuar para entretener al enemigo. En la obra de Sanchis Sinisterra, la actriz hasta debe regresar de la muerte para reanimar a su antiguo amante, que ya no encuentra sentido a la vida, al teatro, a nada sin ella. Y la verdad es que, como decía aquel profesor, ¡qué performance!

 

emalaver@gmail.com

 

 

 

Año VIII / N° CCCXLII / 1° de febrero del 2021

 

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