lunes, 2 de junio de 2014

Se armó la sampablera [X]

Aurelena Ruiz



         Cuando hay alguna revuelta por ahí —algo muy fácil de encontrar hoy en día en Venezuela— solemos escuchar a la gente decir que “se armó la sampablera”, pero ¿sabemos de dónde viene esa expresión?
         No es difícil deducir que viene del nombre de san Pablo, el apóstol que convirtió el cristianismo en una religión universal. San Pablo era hijo de judíos fariseos y participó en las primeras persecuciones contra los cristianos, pero, luego de escuchar a Jesús en su viaje a Damasco, “revolucionó” su vida y se convirtió a la nueva fe. Desde entonces, se dedicó a predicar la palabra de Dios por todas partes; fundó comunidades cristianas a lo largo de Asia Menor y Europa, hasta llegar a Roma.
         Durante su larga travesía san Pablo tuvo que “luchar” con muchos judíos y cristianos para liberarlos de algunos rituales del judaísmo, en dos oportunidades fue “encarcelado” y juzgado en Roma y, aunque su muerte no está muy clara, todo parece indicar que fue “ejecutado” en ese mismo lugar.
         A pesar de que la historia de san Pablo está muy asociada con la controversia, la lucha, la revolución y la violencia, no es directamente de este apóstol de donde viene la expresión, sino de la Plaza San Pablo, ubicada en el centro de Caracas, donde actualmente se encuentra el Teatro Municipal.
         Resulta que el 2 de agosto de 1859, ocurrió en Caracas un enfrentamiento entre liberales y conservadores, luego del golpe de Estado contra Julián Castro, dirigido por el conservador Manuel Vicente de las Casas.
         Castro, considerado como “antipartidista”, fue elegido como presidente interino tras la renuncia de Monagas en julio del 58. En febrero de 1859 Castro renuncia por aparentemente sufrir de una enfermedad, pero pronto recupera el cargo y les da su apoyo a los liberales.
         Luego de derrocar a Castro el 1° de agosto, De las Casas lo encarcela y se declara también a favor de los liberales; sin embargo, los civiles no lo apoyan y los conservadores retoman el poder.
         Por su parte, Pedro Vicente Aguado, jefe de los liberales en La Guaira, se entera del derrocamiento y decide ir con sus tropas a Caracas. Aguado esperaba encontrarse con una ciudad bajo el dominio de los liberales, pero, por el contrario, fue recibido en la Plaza San Pablo por los conservadores, trayendo como consecuencia una feroz batalla que generó una gran alteración del orden público.
         Aquiles Nazoa afirma que “de aquel suceso memorable se originó la palabra caraqueña sampablera”, dando a entender que existe alguna disputa, pleito o alboroto.
         En los últimos meses, son muchas las sampableras que se han armado en el país, especialmente en San Cristóbal y Altamira. ¿Será entonces que en unos cien o doscientos años nuestros descendientes dirán que se armó una “sancristobalera”?, ¿o quizás una “altamirera”?

aurelena.ruiz@gmail.com



Año II / Nº X / 2 de junio del 2014

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