lunes, 11 de julio de 2016

A propósito de las preposiciones [CXV]

Andrea Villada


El Asombroso Hombre Araña (número
19, 1985). Las preposiciones a veces
se disfrazan para confundirnos

         Al estudiar un idioma nuevo, difícilmente haya algo que dé mayores problemas que el uso correcto de las preposiciones, y, ¿por qué sería de otra manera, si hasta en el idioma que nos acompaña desde que nacimos es algo borroso y un poco ininteligible? No sé si haya una investigación referente al nivel de dificultad que ocupan, pero me atrevo a afirmar que deben estar, como mínimo, entre los primeros cinco puestos. Su uso es cuestión de lógica y práctica y, sin embargo, aunque pensemos que manejamos nuestro idioma casi perfectamente, seguramente habrá algún rasguño en la pintura cuando de preposiciones se trata.
         Es por eso que el galardonado escritor Vicente Marco Aguilar, en su Manual de escritura creativa y premios literarios (2015), nos ayuda a descubrir algunos de los errores más comunes en el uso de estos pequeños pero importantísimos elementos del idioma, y nos deja un listado de frases mal formuladas que muchos de nosotros seguro hemos utilizado hasta el cansancio sin llegar a notar error alguno.
         Primero, veamos la definición de preposición de la Real Academia Española: “palabra invariable y átona (excepto según) cuya función consiste en introducir un sustantivo o un grupo nominal (llamado término de preposición) con el que forma un complemento que depende sintácticamente de otro elemento del enunciado”.
         De esta forma, en español quedarían enlistadas a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, sobre, tras y, según el Diccionario Panhispánico de Dudas, pro (conferencia pro feminismo) y vía (vía satélite) también deben incluirse en este grupo con unas cuantas restricciones.
         La preposición a tiene diversas funciones: voy a mi casa; Luis va al médico (movimiento); no llego a fin de mes (lugar y tiempo); a la venezolana (modo). Sin embargo, es una de la que más usamos erróneamente. ¿Cuántos de nosotros tenemos una “olla a presión” en vez de una “olla de presión”? O, ¿cuántos de nosotros hemos visto, así sea en la televisión, un “tren a vapor” en vez de un “tren de vapor”? Por otro lado, usarla antes de un infinitivo en expresiones como “tareas a realizar” o “cuentas a cobrar” son, según Marco, “galicismos que deben sustituirse por la expresión correcta” es decir, por. “A la mayor brevedad posible”, a su vez, debe ser sustituida por “con la mayor brevedad posible”, ¿qué les parece?
         Otra expresión comúnmente usada con la preposición incorrecta es paso de peatones en la que de debe ser sustituido por para.
         El uso de en en expresiones como sentarse en la mesa, no se admiten devoluciones en ropa interior o voy en dirección al trabajo debe ser sustituida por a, de y con, respectivamente.
         Cuando tomamos pastillas para el dolor de cabeza, ¿no estaríamos indicando que lo favorecemos para que siga martirizándonos? Así, sería más apropiado tomar pastillas contra el dolor de cabeza, o cualquier otro mal que nos achaque.
         La preposición bajo es otra de las más problemáticas a la hora de usar correctamente. Los ejemplos ofrecidos en el manual son bajo estas circunstancias (en lugar de en), bajo su punto de vista (en lugar de desde), o bajo el nombre de Spiderman (en lugar de con).
         En lo que respecta al uso indebido de por encontramos que, cuando hablamos de aficiones, se utiliza la preposición a, por lo tanto, se tiene una afición al ajedrez y no por el ajedrez. Se dice “de orden del Dr. Pérez” y no “por orden del Dr. Pérez”, utilizamos ropa cómoda para andar en casa, no por casa y, si es nuestra intención, lo haremos para siempre y no por siempre.
         Para finalizar, “con o sin su consentimiento” resulta ser una expresión errónea pues, “es incorrecto ligar dos preposiciones a un mismo término”, así que, con todo respeto, mi intención es publicar este pequeño artículo con el consentimiento de ustedes o sin él.

andrealvilladac@gmail.com







Año IV / N° CXV / 11 de julio del 2016

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