Edgardo Malaver Lárez

Un traductor nos da la bienvenida
a la UCV
En 1808, fecha en la cual
ocurre el que quizá sea el primer acontecimiento que podamos llamar antecedente
—o, mejor, causa— de la declaración de independencia de Venezuela, un
venezolano tradujo uno de los textos que, junto con otros cuantos, dio sustento
político e ideológico a todo el movimiento de independencia en toda América
Latina: El contrato social (1762), de Juan Jacobo Rousseau (1712-78).
Lo que puede parecernos
curioso es quién tradujo semejante libro, considerando las demás disciplinas a
las que se dedicaba o por las que se ganó su página en la historia. Este
traductor era principalmente científico, y también fue profesor universitario.
Entre 1827 y 1829 dirigió la Universidad Central de Venezuela como el primer
rector de su historia republicana. También fue político y legislador, senda por
la cual llegó a convertirse en 1835 en el primer presidente civil de Venezuela.
Este traductor se llamaba José María Vargas (1786-1954).
Gabriel González Núñez, investigador
de la Universidad de Texas, asegura que el doctor Vargas tradujo esta la obra
de más conocida de Rousseau con el propósito de leérsela a sus amigos en las reuniones
secretas que sostenían para analizar la situación los ciudadanos americanos con
respecto a la situación política de la monarquía española, que en mayo de 1808 había
sido depuesta por Napoleón Bonaparte. Vargas y otros intelectuales venezolanos
comentaban el texto y de alguna manera preparaban (o se preparaban para iniciar)
un futuro movimiento rebelde. González Núñez cree que para 1811 la traducción
ya estaba terminada. (En 1802 el argentino Mariano Moreno la había traducido,
pero no la publicaría antes de 1810.) No existen evidencias de que la de Vargas
haya sido editada alguna vez. Sin embargo, el autor, basándose en un comentario
de Pedro Grases, piensa que una traducción de El contrato social que se
vendía en Caracas en el año en que se firmó el Acta de Independencia puede ser
la que salió de las manos de Vargas.
Cada cierto tiempo me
sorprende la cantidad de personajes prominentes de la historia de Venezuela que
se han dedicado en algún momento a la traducción. En los últimos años del siglo
XVIII y los primeros del XIX, casi no había otra opción: estos eran los
personajes que habían tenido la oportunidad de estudiar, viajar, aprender
idiomas extranjeros. Sin embargo, en casos como el de nuestro doctor-docente-parlamentario-rector-presidente-traductor,
uno se sorprende por la cantidad de áreas en las que destacaba y los aportes que
hizo, que ahora vamos descubriendo poco a poco. De hecho, llega a tal punto la
amplitud de los conocimientos y habilidades de este ciudadano de La Guaira, nacido
un 10 de marzo, que con razón en su honor se celebra hoy el Día del Médico en
Venezuela.
emalaver@gmail.com
Año XIII / N° DIII / 10 de marzo del 2025
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