lunes, 11 de octubre de 2021

OCTOBRIS, October, 12 de octubre [CCCLXIX]

Ariadna Voulgaris

 

 

Como buena enredadera, el español
sigue creciendo en América

 

 

 

         Lo primero que he de decir sobre la etimología del nombre del presente mes es que, según la fuente que uno consulte, o es muy aburrida (como la de otros meses de los que hemos hablado este año) o demasiado complicada. En unas dice, escuetamente, que es derivación de OCTOBER, ‘octavo mes’ en latín; pero otras enrevesan la cosa de tal manera que uno pierde el hilo (y, como saben, la tradición no me permite ese lujo). Además, desde el mes de FEBRVARIVS estoy esperando para hablar de OCTOBRIS, porque es una palabra que me atrae y resulta que es la menos frecuente en la bibliografía. Así que este mes, no vamos a entretenernos con la etimología.

         ¿Qué se celebra en octubre que tenga que ver con la lengua española? Pues, lo único que encontré en mi calendario de mesita de noche fue el Día de la Raza... oh, perdón, el Descubrimiento de América... ¿Tampoco? Llamémoslo entonces Día de la Lengua Española en América. El 12 de octubre de 1492 sucedió un hecho que habría de salvar a España de aquella mala idea de Isabel la Católica de expulsar a los árabes y los judíos de su territorio (a menos que quisieran convertirse al cristianismo). Error porque esa medida cortó con sus propias tijeras un flujo de dinero que mantenía al reino a flote. Y ya saben ustedes de la adicción de los reyes al dinero. (Perdón, no logro derrotar mi tendencia a la generalización.)

         Ese mismo año, unos meses después, un italiano que había logrado el apoyo de la reina llegó a las costas de América y declaró aquellas tierras (que él no sabía que eran tan grandes como son) propiedad del Estado español. Y con esto, sembró en ese suelo una enredadera que se expandiría por todo el continente (y como buena enredadera, sigue creciendo hoy). El idioma de Castilla, de la reina y del pueblo, se apropió de los territorios de América del Norte (eso fue después que ahí se habló inglés, pero, otra vez, ahora cada día se habla más español), de América Central (hasta en Belice se habla español), de América del Sur (toda la costa caribe, la pacífica y la mitad de la atlántica) y de la América antillana (tres de las cuatro islas más grandes hablan español).

         Mañana en la tarde, cuando los que viven cerca de la playa oigan a un loco gritando “¡Tierra, tierra!”, sepan que es la primera palabra castellana que oímos de aquel lado del mundo y hagan espacio en sus muelles para tres barquitos con nombres de mujer. Ah, y simulen, al recibir al capitán, que hablan latín, para que esta vez no crea el pobre que ha llegado a Japón.

         Mañana, para contradecir a un mar océano de gente inconforme, sí habrá algo que celebrar. Mañana vamos a celebrar la llegada del idioma español a la tierra donde mejor se alimentaría y donde fructificaría más allá de lo imaginable.

 

ariadnavoulgaris@gmail.com

 

 

 

Año IX / N° CCCLXIX / 11 de octubre del 2021

 

 

 

 

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