Ariadna Voulgaris
Todo nacimiento es un nuevo comenzar.
Madona Tempi (1508), Rafael Sanzio
Lo
primero es disculparme con mis lectores de Ritos de Ilación porque en el
mes de noviembre no publiqué la acostumbrada nota sobre del nombre del mes. Ya
he explicado en meses anteriores que los nombres de los últimos cuatro meses
del año son más bien aburridos. Casi no hay ninguna curiosidad de la cual pueda
colgarse uno para comentarla como parte de la lengua. Siendo así, he seguido
desde septiembre la sugerencia del director de hablar de cosas que normalmente
suceden en cada uno de esos meses.
En
el mes de diciembre, a parte de la fundación de “la mil veces bendita Universidad
Central de Venezuela” (Malaver dixit), tenemos el acontecimiento
histórico más importante que puede recordarse: el nacimiento de Jesucristo. Sí,
ya sabemos que en realidad Jesús no nació en diciembre, pero con toda la
precisión que quisiéramos no lo sabemos, y la verdad es que no importa; pero la
tradición que ha celebrado el acontecimiento el 25 de diciembre es tan larga
que lo mejor que se puede hacer es dejar las cosas tal como están.
En
Roma se celebraba el 25 de diciembre la fiesta del Sol Invencible,
probablemente la más importante del calendario de Julio César. Los cristianos,
intentando disminuir la idolatría que suponía la adoración al dios Sol y a
otros dioses romanos, decidieron celebrar la fiesta por el nacimiento del Hijo
de Dios, el único dios verdadero, en la fecha del dios pagano. Esto sucedía en
el siglo IV, y vistos el tiempo que ha pasado desde entonces y la costura con
que está pegada a nuestra mente la celebración (para la cual, además, hubiera
sido buena cualquier fecha), no vale la pena, a mi juicio, detenerse a discutir
sobre el punto. (Que no es lo mismo que satisfacer el deseo de conocer aquella
fecha. Hay voces autorizadas que hablan de los meses de verano del año 4 antes
de Cristo... que parece una broma, pero es lo más aproximado y creíble que
tenemos.)
Por
lo tanto, el mes de diciembre, que, para conservar la uniformidad con los
textos anteriores de la serie, decíase DECEMBRIS en latín, es el sinónimo más presto
a salir de nuestros labios cuando pensamos en fiesta. También es sinónimo de
vacaciones, aunque en Venezuela sean las vacaciones cortas del año. Para otros,
supongo yo que será una minoría, es sinónimo de recogimientos, de generosidad,
de búsqueda de paz. Incluso en la larga tradición romana, la fiesta del 25 de
diciembre era vista como la victoria del dios Sol sobre las tinieblas que
parecían vencerlo cada día al llegar la noche. En la tradición cristiana, es
Cristo, “la luz del mundo”, quien vence sobre la oscuridad de la muerte y da,
así, comienzo a una nueva vida para los creyentes. Por eso tiene sentido la
asignación de la fecha de hoy al nacimiento de nuestro humilde Jesús.
¿Ustedes
no han visto? Todos hemos utilizado la expresión ¿cuándo no hay Pascua en
diciembre? cuando queremos recriminarle a alguien que siempre, cíclicamente,
hace lo mismo, y mal, por supuesto. Y un año es un ciclo ineludible. Pero la
Pascua también es una ocasión para volver a empezar, para iniciar como niños,
desde cero, una vida más responsable o menos estéril. Hay quienes lo van a
dejar para la semana entrante, que también es diciembre. Es la ventaja que
tiene ser el último mes del año (que lo era también en Roma, incluso cuando era
el décimo y no el duodécimo), que puede marcar un cambio en algunas personas,
ser recordado como un golpe de viento en las velas.
Como
cada diciembre, quiero desear a los lectores de Ritos de Ilación una Navidad
con olor de flores y un 2022 feliz, lleno de momentos memorables.
ariadnavoulgaris@gmail.com
Año IX / N° CCCLXXIII / 25 de diciembre del 2021
Otros artículos de Ariadna Volugaris
OCTOBRIS, October, 12 de octubre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario