Aurelena
Ruiz
Cuando
hay alguna revuelta por ahí —algo muy fácil de encontrar hoy en día en
Venezuela— solemos escuchar a la gente decir que “se armó la sampablera”, pero
¿sabemos de dónde viene esa expresión?
No
es difícil deducir que viene del nombre de san Pablo, el apóstol que convirtió
el cristianismo en una religión universal. San Pablo era hijo de judíos
fariseos y participó en las primeras persecuciones contra los cristianos, pero,
luego de escuchar a Jesús en su viaje a Damasco, “revolucionó” su vida y se
convirtió a la nueva fe. Desde entonces, se dedicó a predicar la palabra de
Dios por todas partes; fundó comunidades cristianas a lo largo de Asia Menor y Europa,
hasta llegar a Roma.
Durante
su larga travesía san Pablo tuvo que “luchar” con muchos judíos y cristianos
para liberarlos de algunos rituales del judaísmo, en dos oportunidades fue
“encarcelado” y juzgado en Roma y, aunque su muerte no está muy clara, todo
parece indicar que fue “ejecutado” en ese mismo lugar.
A
pesar de que la historia de san Pablo está muy asociada con la controversia, la
lucha, la revolución y la violencia, no es directamente de este apóstol de
donde viene la expresión, sino de la Plaza San Pablo, ubicada en el centro de
Caracas, donde actualmente se encuentra el Teatro Municipal.
Resulta
que el 2 de agosto de 1859, ocurrió en Caracas un enfrentamiento entre
liberales y conservadores, luego del golpe de Estado contra Julián Castro, dirigido
por el conservador Manuel Vicente de las Casas.
Castro,
considerado como “antipartidista”, fue elegido como presidente interino tras la
renuncia de Monagas en julio del 58. En febrero de 1859 Castro renuncia por
aparentemente sufrir de una enfermedad, pero pronto recupera el cargo y les da
su apoyo a los liberales.
Luego
de derrocar a Castro el 1° de agosto, De las Casas lo encarcela y se declara
también a favor de los liberales; sin embargo, los civiles no lo apoyan y los
conservadores retoman el poder.
Por
su parte, Pedro Vicente Aguado, jefe de los liberales en La Guaira, se entera
del derrocamiento y decide ir con sus tropas a Caracas. Aguado esperaba
encontrarse con una ciudad bajo el dominio de los liberales, pero, por el
contrario, fue recibido en la Plaza San Pablo por los conservadores, trayendo
como consecuencia una feroz batalla que generó una gran alteración del orden
público.
Aquiles
Nazoa afirma que “de aquel suceso memorable se originó la palabra caraqueña sampablera”, dando a entender que existe
alguna disputa, pleito o alboroto.
En
los últimos meses, son muchas las sampableras que se han armado en el país,
especialmente en San Cristóbal y Altamira. ¿Será entonces que en unos cien o
doscientos años nuestros descendientes dirán que se armó una “sancristobalera”?,
¿o quizás una “altamirera”?
aurelena.ruiz@gmail.com
Año II / Nº X / 2 de junio del 2014
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