domingo, 31 de julio de 2022

Otherwise [CCCLXXXVI]

Edgardo Malaver

 

 

Feodor Chaliapin Jr. como Jorge de Burgos
en
El nombre de la rosa (1986)



 


         Acabo de hacer, esta mañana mismo, un descubrimiento que todavía no deja de asombrarme cada vez que me acuerdo mientras hago las cosas típicas del domingo. El entusiasmo que me crea este descubrimiento, sin embargo, no me lleva a pensar que haya sido yo el primero que se da cuenta de semejante hecho, y mucho menos que haya sido por mis propios medios, aunque ¿por qué otros medios podía ser? Lo que acabo de descubrir es que la palabra inglesa otherwise equivale en español, literalmente, a la expresión de otra guisa. Y la coincidencia no sólo es de sentido sino que también fonética e incluso etimológica. Lo único en que no coinciden es, aparentemente, en la frecuencia de uso.

         Una vez que uno conoce la palabra guisa en español, que no la enseñan en casa, y en la escuela, cuando la enseñan, es por accidente y se tardan, la expresión de otra guisa queda clara, si es que llega uno a oírla alguna vez. Y en inglés, por otro lado, es enormemente frecuente, pero a algunos extranjeros nos cuesta captar al primer intento el mecanismo por el cual llega a referirse, cuando actúa como adjetivo, a aquello que es diferente o inhabitual o, como adverbio, a lo que se hace o sucede de otra manera o de “la otra” manera, la contraria a la que estemos tratando. Y este último rasgo es el que salta a la vista cuando lo ponemos frente al espejo con la construcción española.

         Lo que hay que saber entonces es lo que significan los sustantivos wise y guisa, que a propósito he dejado hasta ahora. En sus mentes ustedes ya se respondieron que significan ‘modo’, ‘manera’, ¿no es cierto? El diccionario de la Academia agrega, en la primera acepción, ‘o semejanza de algo’. Pasa lo mismo en inglés. El Collins pone: ‘way, manner, fashion or respect’. Parece que se tradujeran uno a otro.

         Los oigo decir ahora: “Ay, pero eso está en desuso”. Sí, yo también me doy cuenta. Y los lexicógrafos. Los dos diccionarios los dicen, y quizá sea ahí donde está lo más sustancioso de este asunto: la Academia dice de guisa que en el pasado significaba ‘voluntad, gusto, antojo’ y, en tercera acepción, ‘clase o calidad’. Mientras tanto, el Collins marca el wise sustantivo (‘way of proceeding or considering’) como “archaic” y da ejemplos de construcciones, que yo sepa, muy poco frecuentes en la actualidad, como in any wise e in no wise. Corominas ubica la aparición de guisa en español en los años 1140 y Collins la de wise en inglés antes del 900.

         Sin embargo, esto de ninguna guisa es todo. Miremos hacia la lengua francesa y veremos que existe la palabra guise casi de la misma manera que en la española y digo casi únicamente porque en francés no está en desuso—. Tiene el mismísimo significado y se usa para expresar que uno va a hacer las cosas o a actuar de tal o cual manera: à ma guise, por ejemplo, habría sido la frase favorita de Frank Sinatra si hubiera crecido en Francia. Igualmente, anota el Larousse, puede emplearse para indicar un uso alternativo de cualquier cosa, como en la frase En guise de repas, on nous servit des sandwichs.

         En italiano, del que no diré casi nada para no pisar territorio mayormente desconocido —aún—, por lo que observo, pasa igual, y me llaman la atención dos detalles: que in guisa de (y sus variantes, que las tiene) es de uso más bien elevado y que también existe un otherwise italiano: in altra guisa. En portugués, territorio que he explorado mucho menos que el italiano, funciona de modo muy parecido al de los otros, y casi idéntico que en francés. (¡Ah! En francés puedo agregar que, aunque no existe el verbo guiser, sí existe déguiser, ‘disfrazarse’, o sea, vestirse en guisa diferente a la cotidiana.)

         Y más allá en el pasado, según los etimólogos que he podido consultar, particularmente Corominas, el origen de nuestra guisa hispana, ítala y lusa (la gala es guise) está, quién sabe cómo, en una antigua palabra germánica: wisa. El alemán de hoy en día tiene también su Weise, que, por lo que entiendo, equivale a manera, y además, existe, de guisa semejante a lo que hace el inglés, como sufijo para crear adverbios a partir de adjetivos: normalerweise, ‘normalmente’, o adjetivos a partir de sustantivos: kinderweise, ‘infantil’.

         Quién sabe cómo, quién sabe cuándo, quién sabe por cuál sinuoso camino, de labios de qué descalzo campesino, de qué violento soldado, de qué ilustrado poeta, vinieron desde mundos tan lejanos semejantes sonidos a los oídos de nuestros antepasados, que con tan perdurable anzuelo se colgaron de sus conciencias y con tan clara voz nos han alcanzado en el presente.

         Y detrás de todo esto, como el bibliotecario ciego de El nombre de la rosa, frotándose las manos de la imaginación al disfrutar de la telaraña verbal sobre la que nos ha hecho vivir y construir nuestro mundo durante tantos siglos, se nos revela el viejo latín, que no cesa de lanzar su polen a nuestro viento, que no cesa de esclarecernos, una vez y otra vez, generación tras generación, las formas visibles e invisibles que tiene la realidad.


emalaver@gmail.com

 

 

 

Año X / N° CCCLXXXVI / 31 de julio del 2022

  

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