lunes, 15 de junio de 2015

El fútbol como metáfora de la guerra (I) [LXI]

Laura Jaramillo

Si quieres la paz, prepárate para la guerra[1]
En ocasión de la Copa América, Chile 2015

         Esa expresión, considerada una máxima militar, es frecuente dentro de contextos políticos o religiosos, y nos remite a un significado connotativo de desafío o reto por parte de quien la exprese. Sin embargo, y en un ámbito absolutamente contrario a los mencionados, podemos observar que en el deporte es bastante frecuente el uso del lenguaje belicista como herramienta para narrar sus variados acontecimientos.
         Esta particularidad en el discurso deportivo se puede verificar en las crónicas de beisbol, boxeo, hipismo, pero muy especialmente en las crónicas de fútbol, que reflejan una extraordinaria comunión entre el redactor y el lector, es decir, el primero sabe para quién escribe y el segundo sabe qué va a leer, lo cual da como resultado un fantástico entramado metafórico.
         Las metáforas bélicas son para el periodista el elemento clave en estas crónicas futbolísticas, porque son el vehículo perfecto para transportar al lector a ese momento tan emocionante que vivió y que quiere recordar. Esas metáforas, además de mover todo un sentimiento, de alegría o de tristeza, activan un mecanismo cognitivo, tanto en el que escribe como en el que lee.
         En este proceso de cognición se apela constantemente al bagaje cultural, que vive en un lugar llamado memoria a largo plazo. Esta magnífica memoria es la que permite recordar todo tipo de información, en especial la deportiva y, por ende, la militar. Es esa memoria la que facilita esa fantástica comunión entre redactor y lector, porque ambos manejan la misma información, el mismo fanatismo, el mismo sentimiento.
         Si retrocedemos un poco la película, podremos ver que el fútbol tiene más de 100 años de existencia; sin embargo, su modo de jugarlo está plasmado en un manual de ejercicios militares, que data de los siglos II y III antes de Cristo, durante la dinastía china de Han:

Se lo conocía como “Ts’uh Kúh”, y consistía en una bola de cuero rellena con plumas y pelos, que tenía que ser lanzada con el pie a una pequeña red. Ésta estaba colocada entre largas varas de bambú, separadas por una apertura de 30 a 40 centímetros. Otra modalidad, descrita en el mismo manual, consistía en que los jugadores, en su camino a la meta, debían sortear los ataques de un rival, pudiendo jugar la bola con pies, pecho, espalda y hombros, pero no con la mano[2].

         La anterior información, aunque no totalmente fiel, es una muestra de cómo el fútbol, desde que es fútbol, siempre ha tenido relación con lo bélico, con lo cual puede inferirse que la guerra forma parte casi esencial del fútbol, en pocas palabras, pues, el fútbol es la metáfora de la guerra.

laurajaramilloreal@yahoo.com




[1] Flavio Vegecio Renato (2006). Compendio de técnica militar. Madrid: Editorial Cátedra.
[2] Datos tomados de la página web de la FIFA.




Año III / Nº LXI / 15 de junio del 2015

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