Luis Roberts
Un paramecio
como este habita en el agua de lluvia que queda frente a tu casa. Foto: Biología 3.0 (UNAM) |
El
decano de la Facultad de Medicina de Valladolid, España, en su discurso de
inauguración del curso, dirigiéndose a los alumnos, dijo, más o menos: “Siento
dolor al decirles esto, pero no puedo engañarles: dentro de diez años les será
muy difícil conseguir trabajo”. La IA de nuevo. Yo he tenido en este curso la
tentación de decirles a mis alumnos más o menos lo mismo, pero solo lo he
insinuado de manera sutil; no me daba el ánimo para más, además de que el plazo
era más corto, casi inmediato.
Yo mismo he sido víctima
de la IA y de la indiferencia de todo el mundo hacia la calidad. La
contrapartida es que queda tiempo libre para retomar con avidez la lectura:
literatura, historia, filosofía, ciencia. Desde las relecturas de Kant y
Goethe, hasta las novedades sobre si la conciencia es un fenómeno cuántico, si
los neandertales enseñaron la pasión al homo sapiens, la historia general de Al
Ándalus, o La actitud intencional, de Daniel C. Dennett, el filósofo más
importante del momento, que polemiza con otros colegas sobre sus ideas acerca
de la intencionalidad, la creencia y el deseo del humano comparados con la
rana, que no los tiene. No es una broma: la bibliografía sobre la psicología de
la rana es ingente. Pero traductor y corrector, al fin y al cabo, me dedico a
subrayar y buscar en lo que leo palabras desconocidas o raras. Si quieren darle
un susto a su abuela o a su anfitrión que les ha preparado una magnífica
comida, díganles que sienten “eupepsia” y, alarmados, querrán llevarles a la
clínica. Aclárenles, por favor, que eupepsia significa ‘buena digestión’.
Mi favorita, hasta ahora, encontrada en Dennett, es paramecio. Al principio leí mal y vi “paranecio”, como “paragafo”, como “paramilitar”, pero no, es paramecio, que según la RAE es: ‘protozoo ciliado (pelúo) con forma de suela de zapato’. Descargué el ChatGPT gratuito y se me ocurrió hacerle una maldad, para ratificarme en que la IA no va tan adelantada como la gente cree. Le pregunté a cuáles políticos mundiales y españoles con determinadas características —no las señalaré pues son de mi apreciación subjetiva; aunque sí, es importante, señalé que debían ser huevones (“güebones”, en venezolano)— se les podría calificar ofensivamente de paramecios. Me dio una explicación larga y detallada y al final me dio los nombres: Donald Trump, Vladimir Putin y Alberto Núñez Feijóo.
La respuesta es oral, pero con su copia escrita. Mi estupefacción fue tal que tardé minutos en reaccionar. Como lo descargué en mi celular, creo (a vueltas de nuevo con Dennett) que lo voy a utilizar como reto y para asombrarme y divertirme. Nos vemos luego.
luisroberts@gmail.com
Año XII / N° CDLXXVIII / 16 de septiembre del 2024
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