Laura
Jaramillo
Además de escribir gamelote, de vez en
cuando me gusta hacer dulces (tortas, galletas y afines), y muchas veces cuando
estoy escribiendo los ingredientes de las recetas, acostumbro abreviar las
palabras para poder anotar rápido, porque los ‘chefes’ creen que uno puede
mascar chicle y caminar al mismo tiempo, o escribo o veo cómo es que se hace el
dulce. En fin, una de esas abreviaturas es la de cucharada, por ejemplo, una cucha
de azúcar o una cucha de manteca de
quilla, entre otras.
En
ese ínterin, de receta en receta, descubrí, como cosa rara, que en Colombia
utilizan mi recurrente abreviatura ‘recetera’, para nominar a todo ser pasado
de años. A los abuelos, a los padres y a todo desconocido que tenga pinta de
estar pisando el piso 5 o piso 6, y sus sucesivos[1],
le dicen cucho (a).
Curiosamente,
la palabra vieja la utilizan los
colombianos, la mayoría de las veces, solo para referirse a la mujer femenina,
pero de forma despectiva, en especial, cuando la vieja fastidia mucho. Aunque cucha
puede llegar a ser despectivo también, solo que eso depende del contexto
situacional, o sea, de la señora aquella llamada pragmática.
Otra
curiosidad de cucha es que tanto el
masculino como el femenino, modificaron su significado base. En ambos géneros,
nuestro significado lo da el DRAE en su cuarta acepción y la define como
vejestorio.
Se
deben acordar de mi famosa vecina, que le encanta Colombia tanto como a mí;
ella cuando va a mi casa, le dice a mi mamá cucha
y a mí cuchita, y nosotras le decimos
a ella cuchona, no es que tenga una
pila de años encima, pero es una barquisimetana muy vivida. Então, como dicen los lusos, nosotras
somos el trío de las cuchas recocheras,
y de vez en cuando matamos tigres dando serenatas.
Ahora,
cuando voy a comer, siempre le digo a mi mamá: Cucha, pásame la cucha ahí.
laurajaramilloreal@yahoo.com
Año III / Nº LIX / 1° de junio del 2015
[1] No sé si esta acotación esté de más, pero
para los que posiblemente no sepan, los que están en el piso 5 son los
cincuentones, y así sucesivamente. Yo todavía estoy en el sótano.
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